El perro no tiene la culpa
Resulta indignante que aún existan personas irresponsables que no cumplan con sus obligaciones como ciudadanos y no sean capaces de recoger los excrementos de su mascota de la vía pública. Es cierto que a veces resulta repugnante realizar esta labores en la calle, pero es antihigiénico para el resto de ciudadanos. Consideran que no es su obligación y que para ello pagan a barrenderos, pero lo cierto es que cada uno de nosotros tenemos nuestras propias responsabilidades como ciudadanos para una mejor convivencia. Para evitar todos estos problemas, el ayuntamiento ha dispuesto de unos puntos en los parques para que los animales hagan sus necesidades sin perjudicar a los ciudadanos. Por ello rogamos a los dueños de mascotas que no cuesta tanto ir a un “punto limpio” para mostrar un respeto a las calles y a los ciudadanos.