CHEMA LEÓN: "El hecho de tener un mal día se nota mucho en el escenario, sin duda influye a la hora de interpretar"

La semana pasada le hicimos una entrevista al actor arnedano Chema León. Entre sus trabajos destaca su participación en la serie de televisión “Amar en tiempos revueltos” o el papel de Gabriel en la obra de teatro “Insolación” de Emilia Pardo Bazán. Muy amable, nos contesto a las preguntas que preparamos con todo detalle.

 

Pr. 1- ¿Qué le llevó a ser actor?

R.- Mi abuelo, José León, era campesino pero hacía y dirigía teatro con la CNT en los años 30. Él tenía una pequeña compañía pero con el Alzamiento Nacional tuvo que parar; de hecho, lo buscaron y estuvo encarcelado en Logroño; además, tuvo que luchar al lado del Frente Nacional y en contra de los suyos; sobrevivió a esta pesadilla y volvió a casa con los pies congelados; aun así, consiguió caminar pero ya no hizo más teatro. De hecho, el teatro se convirtió un poco tabú en mi familia.

En cambio, mi padre retomó esta tradición familiar como aficionado en los años 60 y 70 como aficionado. Después, en 1985 hizo un Khan de Vico que tuvo mucho éxito y, dos años más tarde, representó el “Don Juan Tenorio” en el Teatro Cervantes. En esos momentos, yo tenía siete años y no actué en la obra pero el ambiente que se vivió en mi casa lo recuerdo como algo maravilloso.

 

Pr. 2-¿Con cuántos años empezó?

R.-Yo estudié el Bachillerato científico-tecnológico en el I.E.S. Virgen de Vico de Arnedo porque tenía pensado hacer Arquitectura. En esta época, con 16 ó 17 años me metí en un grupo de teatro local e hicimos una obra y recuerdo que al salir la gente me decía que lo hacía muy bien. Esta experiencia me hizo tomar una decisión que tomó mucha fuerza y me hizo optar por el mundo de la interpretación.

Así que, a los 19 años me marché a estudiar a Madrid e hice las pruebas para la R.E. S.A.D. (Real Escuela Superior de Arte Dramático), que eran muy complicadas pues había más de 900 aspirantes para 32 plazas. A pesar de la dificultad, logré entrar y esto me dio un empuje importante.

 

Pr. 3-¿Prefiere ser actor de teatro o de televisión?

R.-Esta es una pregunta muy típica –sonríe-. Es que es muy diferente -dice finalmente, tras dudar-.

Si pudiera elegir y no hubiera motivos económicos y solo contaran los motivos personales, preferiría ser actor de teatro porque hay más tiempo y el tiempo siempre es fundamental para el arte, además en el teatro,  los personajes están creados con más mimo.

La televisión es un medio más inmediato y te permite ganar hasta diez veces más que el teatro, la gente te reconoce,… En televisión, se pueden hacer cosas muy interesantes, pero yo prefiero el teatro.

 

 

Pr. 4-¿Cuál de sus producciones es la que más éxito ha tenido?

R.-En televisión, “Amar en tiempos revueltos” porque ha sido una serie muy mediática.

En teatro, la obra “Barroco” dirigida por Tomaz Pandur, un  gran director europeo. Con ella, estuve dos años de gira; pasamos por Latinoamérica, por muchas ciudades españolas y europeas (sobre todo en Eslovenia o Rusia).

 

 

Pr. 5- Cuando estáis en temporada con una obra por toda España…¿hay días en los que no apetece representarla?

R.-Si claro, muchos. Hay días en los que no apetece,  pues piensa que a esta hora en la que estamos hablando -21.15 horas aproximadamente-  es cuando te estás preparando para salir al escenario. Cuando tienes actuación conviene levantarte más tarde o echarte siestas para que a estas horas tu energía esté a tope.

 

 ¿Cómo se solventan las rencillas que puedan surgir entre compañeros? ¿influyen de alguna manera a la hora de actuar?

 Hay que tener mano izquierda porque hay diferentes tipos de actores, unos son más generosos y otros son  más egoístas y difíciles de tratar. En este sentido,  el tema de las jerarquías sentido está muy presente. Yo siempre que trabajo estoy en la escala más baja dentro de los actores entonces me toca tener más mano izquierda.

 

¿Influye el hecho de tener un mal día a la hora de actuar?

Sin duda -asevera- . El hecho de tener un mal día se nota mucho en el escenario, influye mucho a la hora de interpretar. Hay momentos en los que este inconveniente se puede arreglar más y otros en los que lo puedes solucionar menos.

 

Pr. 6-Somos humanos y obviamente podemos olvidar lo aprendido…si esto sucede en medio de una función ¿cómo se resuelve este inconveniente?

R.-Quedarse en blanco es una pesadilla.  Este año en concreto, en Barakaldo en el Teatro principal estaba actuando con María Adánez en “Insolación” y, de repente,  tuve una duda, se me cruzó un pensamiento mientras estaba diciendo el texto y me estresé; esto hizo estresarme aún más y perdí el hilo; María me miraba  y yo dije algo así como “pues aquí estamos”. Puedo asegurar que fueron los treinta segundos más largos de mi vida -suelta una carcajada- . Finalmente, María se dio cuenta y, como ella estaba en un momento más relajado, se saltó un poco de texto y, al escucharla, retomé el hilo.

 

Pr. 7-¿Ha sentido alguna vez el famoso “miedo escénico”?

R.-Sí claro, pero cada vez menos. Ni que decir tiene que el estado ideal para estar en un escenario es el de relajación total pero conseguir este punto no siempre es posible.

 

Pr. 8-¿Cuáles son sus próximos proyectos?

R.-Pues mira… hace muy poquito se me acaba de caer un proyecto que llevaba un año preparándose “El arte de amar” pues la productora no lo tenía acabado.

Ahora mismo, sigo de gira con “Insolación”, nos quedan cuatro días en Sevilla, Córdoba y alguna otra ciudad; pero, en principio, en junio voy a pedir la prestación por desempleo.

Por otro lado,  hay un proyecto, una obra de Arthur Schnitzler (“La Ronda“) sobre el que estamos teniendo reuniones al respecto. Esperamos entrar con él en otoño, pero si no sale hay que esperar al 2017; con lo cual, tengo otro proyecto, una adaptación de la novela de “Lulú” con la misma productora con la que estoy ahora con “Insolación”, pero también es para el año que viene.

Este trabajo es así, hay que tener los pies en el suelo y, cuando se tiene trabajo, ahorrar,  porque te puedes tirar tres años sin tener un día libre y después estar un año parado.

 

Pr. 9-¿Cree que es compatible tener una familia con ser actor?

R.-Me gustaría pensar que sí, pero no es fácil. Yo vivo entre Arnedo y Madrid. Vivo en una dualidad -lanza una carcajada-; en Arnedo, el hecho de tener una familia me parece fácil y muy enriquecedor, pero… en Madrid… ufff… no sé si me gustaría.

 

Pr. 10-¿Tiene pensado retirarse en algún momento del mundo de la interpretación?

R.-Puedo tener otros proyectos paralelos al margen , pero dejarlo del todo, no. Como deportista, llega un momento en el que te tienes que retirar, pero como actor, no es necesario; así que, del todo nunca pienso retirarme.

 

Pr. 11-Qué es lo que más echa de menos de La Rioja y, en concreto, de Arnedo?

R.- En primer lugar, echo de menos a mi familia  también,  a mis  amigos, el valle del Cidacos, el tipo de convivencia que hay aquí, la simplicidad ,en el buen sentido, de la gente.

En Madrid hay un halo de relaciones por interés, mucho más complejas. Dentro de mi mundo,  la ambición está muy presente y  eso es agotador.

 

Pr. 12-Por último, ¿Qué consejos daría a una persona que quiere dedicarse al mundo de la interpretación?

R.-Le diría que siga  su instinto,  que no tenga miedo a nada -a priori- y que leyera mucho teatro. También, que imagine mucho (personajes, situaciones, …) y, si se ve en ese papel, con la suficiente fuerza e intensidad, que se lance y lo conseguirá. Ahora mismo, los jóvenes están en una edad en la que tienen que aventurarse y hacer lo que ellos quieran. No hay que pensar en las “carreras con salida”, sino en lo que ellos quieran hacer porque están en la edad en la que pueden comerse el mundo -sonríe-.

 

Para finalizar, queremos agradecer a Chema León su amabilidad y predisposición para dedicarnos parte de su tiempo.

Esperamos que os haya gustado esta entrevista.