Recorriendo las cárceles de medio mundo

Lunes, 29 febrero 2016

Publicado en: Curiosidades

Segunda parte de la historia de Magda, la capellana de la pastoral penitenciaria.

También conoció las cárceles de Honduras, una en concreto que fue después conocida. Porque allí, en San Pedro Sula, años después más de 300 presos fueron quemados vivos. Esta cárcel, sufría el problema de las maras, nos cuenta, que son bandas criminales latinas. Honduras, aquellos años, estaba destrozado por estas maras, por la violencia de los jóvenes de la calle. Ella la conoció a través de un equipo de voluntarios españoles. Y cuenta que era una cárcel que se autogestionaba. Los internos lo gestionaban todo, la comida había que buscarla dentro de la cárcel, la corrupción interna era tremenda, tal y como el programa “encarcelados”.

Después, comenzó en serio su trabajo en las cárceles. En una en la República Dominicana, en una ciudad llamada San Pedro de Macorís. Allí tuvo una experiencia que cuenta, fue entrañable. Vivía con las mujeres de los campesinos picadores de caña, gente muy pobre, pero todos los sábados iban a la cárcel. Las mujeres les llevaban un trocito de papel higiénico y un poco de pasta de dientes, cosas que para un preso entonces era un tesoro. Las cárceles eran terribles, para entrar, les marcaban. Fue una cárcel donde su trabajo tuvo que ser centrado, en la emisión de denuncias por todo lo que pasaba. Por ejemplo, en el módulo de mujeres, estaba en el medio del patio de hombres, donde mantenían relaciones sexuales, a través de las ventanas. Ella vio tortura, la del pollo asado, en la que les esposaban y les colgaban de los árboles en medio del calor tropical. Restos de cadáveres que habían sido asesinados a tiro limpio…

Por todo ello, dice que aunque parece una mujer con el carrito de la compra, lleva una mochila a la espalda de experiencia. Por todo lo que ha visto, sabe que las cárceles en el mundo tienen un serio problema de violación de los derechos humanos. Esto, ella cree que nos debe invitar a reflexionar, hay muchos tipos distintos de cárcel. La justicia, dice, es un derecho de la sociedad, que la civilización adquiere, o pierde. Nos cuenta también otra de sus experiencias vitales, conviviendo con una tribu de la Amazonía, donde no había delito.

En el 2007, vino a Logroño, pero antes trabajó en la cárcel de Soria. Donde inició un taller de valores. Buscaban una palabra, y la trabajaban con música, poemas, cine… Así, nos cuenta, conseguía rescatar los distintos valores. Ni con la gente que conoció en aquellos años, ni con la que trabaja actualmente, después de su excarcelación mantiene el contacto. Porque como ella dice, es un “mal recuerdo”. Intenta que cuando la persona sale, si hacen como que no la han visto, ella les imita. Ya que reconoce, y comprende, que la relacionan con un tiempo desagradable. Y no quiere suponer un problema en lo que puede ser, una nueva vida para ellos. Ella no necesita ser nadie para ellos. Pero también porque ella dice que descarga, que sabe que no puede llevar a todas las personas, hacerse responsable de ellas. Les acompaña en un periodo, pero luego deja que vivan su vida.

Su mano la tiende para hacer un efecto de trampolín y que la persona eche a volar. No se trata de crear vínculos de dependencia ni de ahogar, sino de estar ahí en un momento de la vida que haces falta y a la vez soltar amarras para un nuevo vuelo.

Némesis

Curso: 4º ESO

Tutor: Anabel Marín Arellano

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