SEMANA SANTA LOGROÑESA

Semana esperada por todas aquellas personas que le dan su tiempo a este motivo, ya sea por su devoción hacia su imagen o por sus ganas de salir a las calles de su localidad y mostrar su esfuerzo.

Cierto que es que la mayoría de los hermanos que formamos parte de esto lo hacemos por el sentimiento hacia la religión. En mi caso nuestro día grande es el Jueves Santo, soy de la cofradía logroñesa de Las Siete Palabras y del Silencio y por muchos años que pasen se me seguirá poniendo la piel de gallina cada vez que la nariz de mi Cristo Yacente roce con la parte de arriba cada vez que lo saquen los portadores por la puerta marrón del patio.

Es algo que si no lo vives no sabes de lo que hablo. Hablo de un escalofrío que te recorre todo el cuerpo cada vez que marcan para tocar tu marcha preferida, hablo de nostalgia por cada Semana Santa que te vas y no puedes vivir lo que ya has vivido antes, hablo de rozaduras, de sufrimiento, de horas y horas sacando a relucir a lo nuestro. Hablo de hermanos, de los ensayos, reuniones, cafés, risas, lloros…que hay detrás de todo esto, hablo de familia, hablo de medallas, hablo de claveles, de agua, de llagas en la boca por tocar mil veces tu pieza destacada, hablo de prisas, de besos de buena suerte, hablo de abrazos, de cenas, de cariño, de mil lágrimas derramadas cada vez que tocas esa canción mirando a tu Cristo.

11 años llevo metida en esto y para nada me arrepiento de haberlo hecho.

Y es que, aunque muchos no lo crean esto es algo que se lleva dentro, en el corazón, en mi caso en mi corazoncito verde. Que no es sólo un paso, ni un simple trozo de madera, para mi es mi Cristo, es por quien me he emocionado al tocarle cada Semana Santa, es por quien he estado ensayando todo el año.

Nada más que añadir, excepto un fuerte SUERTE  a todos aquellos que comparten esta pasión.