LA IMAGEN

Nuestra imagen lo es todo hoy en día para nosotros, ya que representa cómo nos vemos nosotros y cómo nos ven los demás.

No sólo representa nuestro físico, sino que también nuestra personalidad reflejada en nuestra forma de vestir, el maquillaje, el peinado, todo lo que nos cuidamos y nos preocupamos por las apariencias digan de nosotros.

Sí que es verdad que hoy puedes ganar y perder mucho por tu imagen, cómo por ejemplo un puesto de trabajo o la confianza.

‘El físico no es nada’ se suele decir, pero todos sabemos que de primeras la única impresión que tenemos ajena cuando conocemos a alguien es la forma en que vemos su exterior, ya que todavía no hemos tenido la oportunidad de mantener una conversación con ella.

Con todo esto sólo quería introducir una charla que tuvimos la semana pasada en clase, en la que vinieron y nos dijeron que la imagen es más importante de lo que pensábamos. Lo es todo para nuestra influencia en los demás a primera vista y nos mostraron cómo cambian algunas personas, como actrices,cantantes, modelos o simplemente las chicas de anuncio, no sólo por las horas y horas de maquillaje que les requiere su preparación para galas importantes, sino también es sesiones fotográficas, el ‘photoshop’ las cambia a todas y todos, tanto hombres como mujeres.

Los retocan enteros y los ponen como si fueran muñecos, príncipes de cuento o exageran todas sus virtudes y reducen al máximo sus defectos.

Y respecto a la típica y tan repetida frase: ‘Las apariencias engañan’; muchas veces aciertan pero muchas otras se equivocan, y es que al final nosotros no somos lo que tenemos, somos todo un conjunto: personalidad, rarezas, virtudes, defectos y también nuestro exterior, hay que saber cómo ser en cada ocasión pero también cómo ir y lo que llevar.

Todo este tema ha sido muy criticado por toda la sociedad mundial, y cada vez más y tal vez nos perdamos personas increíbles por un físico pero nos dejamos llevar por una imagen de alguien, que puede que no sea real, pero preferimos, la mayoría un físico y un a cara bonita a un cerebro. Realmente deberíamos plantearnos más las cosas y decir ¿Es esto lo que queremos que nuestros hijos vean de nuestra adolescencia? ¿que los libros, películas y series de televisión que vemos juegan con el amor, el físico y los sentimientos ajenos?

Sólo nosotros decidimos lo que queremos enseñar e inculcar a futuras generaciones.