IR EN BICI: MISIÓN IMPOSIBLE
No es fácil desplazarse a diario por unos carriles bici que están diseñados y planificados con recorridos difícilmente explicables y con peligros como curvas, muros o vallas.
Dando un paseo por la ciudad hemos encontrado varios ejemplos que muestran de forma muy gráfica los peligros de algunos carriles bici en Logroño y sus absurdos trazados.
El Ayuntamiento ha ido construyendo durante estos últimos años carriles de bici, algunos sin mucho sentido.
Cuando un día tranquilamente vas en bici por los carriles, ocurre algo que no debería pasar: el carril desaparece en la nada o simplemente es cortado por un muro o cualquier obstáculo.
A los ciclistas, tanto si van por la carretera, como por la acera, todas las personas les dicen lo mismo: “ve por el carril bici, que para eso está” Esa frase tiene toda la razón pero, ¿si no hay un carril bici adecuado para ir?¿Qué podemos hacer?
Una buena idea es que todas las bicis lleven una matrícula que les sirva como identificación, pero también contra los robos de bicicletas y de recaudar dinero.
Ese dinero se podría utilizar para reconstruir los carriles dañados o simplemente para hacer unos nuevos.
Otro gran problema son los conductores
Los conductores españoles no tienen una mentalidad como en otros países, que la mayoría de la gente va en bici. En mi ciudad la mayoría de los conductores piensan que las bicis son un peligro para ellos y para los mismos ciclistas. Hay algunas leyes que no son cumplidas por los conductores, como por ejemplo: un espacio mínimo entre la bici y el coche.
¿Es un problema o no? Moverse en bici por ciudad no es un problema. O no tanto como creemos. El problema es seguir afirmándolo. Y lo es porque ese problema se mete en la cabeza y hasta en la moral de los ciudadanos e impide que muchos de ellos se decidan a dar pedales, aunque les apetezca. Podría ser un problema porque si seguimos teniendo ciudades llenas de coches, seguiremos teniendo ciudades enfermas, sucias y ruidosas. Está demostrado que ciudades con más bicis, son mejores ciudades y con ciudadanos más sanos y también más alegres. Sobre todo esto hay multitud de datos científicos que podría sacar, pero no voy a hacerlo, porque lo que me apetece es darme una vuelta en bici por Logroño.
