Nuestras calles, ¿el nuevo vertedero?

Durante un paseo al trabajo, a la escuela, a comprar el pan… es posible darse cuenta de inmediato de lo que está pasando. Tan solo con fijarse bien en el suelo puedes observar la inmensa cantidad de residuos que se encuentran en el suelo.

Colillas, chicles, papeles, bolsas… nunca va a estar limpio el suelo que pisamos, no al menos si no nos concienciamos todos. Es un problema que todos sabemos, que todos queremos evitar, pero contra el que nadie pone una propuesta encima de la mesa. No necesitamos rompernos la cabeza, solo mirar a nuestros vecinos. En otros países este tema está prácticamente solventado. Este es, por ejemplo, el caso de Japón, donde todos sus ciudadanos se preocupan por tener sus calles impecables.

Además de las calles, en los parques y jardines de Logroño también se localizan gran número de basuras, especialmente latas, bricks… y otros muchos envases. El gran problema de esto es que tarda miles o millones de años en biodegradarse.

La contrariedad puede deberse a una mala conciencia social. Debemos ser conscientes de que nuestros actos importan y que no cuesta nada andar 30 metros hasta una papelera… Así ayudaremos a conservar el bienestar, la naturaleza y el entorno en general. Ese es un logro común que debemos conseguir entre todos.