"AUNQUE ES SACRIFICADA, ESTOY ORGULLOSA DE MI TRABAJO".
Jueves, 17 marzo 2016
Publicado en: ENTREVISTAS
ENTREVISTA A EMMA HIDALGO ZABALA, URÓLOGA EN EL HOSPITAL UNIVERSITARIO DE ÁLAVA.
1.- ¿En qué institución trabaja?
R: Soy uróloga en el Hospital Universitario Álava donde llevo trabajando 4 años.
2.– ¿Dónde se formó?
R: Estudié la carrera de medicina en la Universidad de Navarra durante 6 años. Preparé el examen de acceso al MIR en la Academia MIR Oviedo durante 9 meses. Y realicé mi periodo de residencia de Urología en Hospital Universitario Marqués de Valdecilla durante 5 años.
3.-¿Por qué eligió esta profesión?
R: Siempre me llamó la atención la labor de los médicos, desde que era una niña. Me parecía una profesión altruista y con momentos muy gratificantes.
4.-¿Es lo que usted esperaba?
R: Es mucho más de los que yo esperaba, mucho más sacrificada porque te ocupa mucho tiempo, incluso tiempo fuera del horario laboral, con situaciones difíciles, pero también mucho más agradecida de lo que esperaba, por parte del enfermo y de su familia.
5.– ¿Y por qué eligió en concreto Urología?
R: Es una especialidad que descubrí durante la carrera haciendo prácticas en el Hospital. Me encanta el quirófano y el tipo de cirugía tan variada que realizaban los urólogos que me enseñaban. Es una especialidad muy amplia que también tiene su parte médica. Además creo que el carácter abierto y en general jovial de los urólogos me ayudó a decidirme.
6.-¿Cuál es su satisfacción como médico?
R: El saber que he curado muchos enfermos y que a los que no he podido curar al menos les he aliviado. Además del reto personal que supone el ir avanzando en técnicas cada vez más complejas y precisas.
7.-¿Qué piensa usted, cuando no logra salvar a algún paciente?
R: Pues que así es la vida, así es la muerte y que no somos omnipotentes ni tenemos el control ni el poder de decidir que tal persona vive o muere.
8.- Imagino que el médico debe ser también un poco psicólogo para dar noticias difíciles ¿qué suele recomendar a los pacientes o qué les dice a la hora de darles una noticia desagradable?
R: Es uno de esos cometidos en los que uno, haga lo que haga, siempre acaba con la sensación de no haber acertado. Tres principios me parecen apropiados como punto de partida. El primero es no mentir jamás. No significa decir toda la verdad de golpe simplemente no decir lo contrario de lo que es, por ejemplo “en el escáner no se ve una recaída” cuando, en verdad, sí que la hay. Esa clase de engaños, a veces, reclamados por la familia con buena intención pero poco acierto, son pan para hoy y hambre para mañana. El segundo principio es ir poco a poco, dar primero la información esencial y a lo largo de los días entrar en detalles. Por último, dejar que el paciente marque su propia pauta de información, de una manera u otra al final siempre sabes lo que el paciente quiere saber y lo que no está preparado para afrontar.
9.- ¿Qué es lo más duro de su profesión?
R: Implicarte con algún enfermo que sabes que no va a superar su dolencia y tener que contárselo a él y a su familia.
10.- ¿Recomendaría a futuros universitarios que escogieran Medicina? Y si es así, ¿les daría algún consejo?
R: Por supuesto que si algún estudiante está valorando cursar Medicina se la recomendaría encarecidamente. Yo no cambio mi profesión por ninguna otra. Lo único que tiene que saber es que es un periodo de formación largo, que verá como muchos amigos que escojan otra profesión inician su vida laboral antes y se sentirá el eterno estudiante, pero a largo plazo sabrá que ha merecido la pena. La sensación de aprender día a día y la necesidad de actualizarse no acabará nunca si él lo quiere así, y eso significa que le encanta su profesión y ha escogido sin equivocarse.