Horacio Gil: desde Ghana a Uzbekistán luchando contra la tuberculosis con Médicos Sin Fronteras

Horacio Gil en las instalaciones de MSF en Uzbekistán /ILUSOLE

Sábado, 24 marzo 2018

Publicado en: Reportero Social


la Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemora, cada 24 de marzo, el enorme trabajo de Roberto Koch cuando en un día como hoy, en 1882, descubrió la bacteria de la tuberculosis.

Señalada como una de las diez causas más importantes de moralidad en el mundo, se lleva por delante la escalofriante cifra de 1,7 millones de vidas cada año.

En 2017 la OMS impulsó una campaña, “Unidos para poner fin a la tuberculosis”, que concluirá el próximo año.

Horacio Gil, veterinario, investigador y cooperante en Médicos Sin Fronteras y en la OMS (el pasado año) conoce de cerca enfermedades tan cruentas como el cólera o la tuberculosis. Ha estado en Nueva York, Ghana, Camboya y ahora, desde Uzbekistán, nos comenta su labor y su particular visión de la situación.

 

– Sabemos que estuviste trabajando en Nueva York, ¿qué labor desempeñabas allí?

Estudié veterinaria en Zaragoza, pero siempre he trabajado de microbiólogo. Después de terminar mi tesis doctoral en Madrid estuve haciendo mi post-doctorado en la Universidad estatal de Nueva York (SUNY Stony Brook) durante tres años. Allí trabajé de investigador en un proyecto sobre Tularemia, una enfermedad bacteriana que puede ser trasmitida por la picadura de garrapatas.

– ¿Qué te hizo cambiar la investigación por Médicos Sin Fronteras?

Siempre quise tener la oportunidad de trabajar de cooperante en países en vías de desarrollo, para poder ayudar a las personas que viven allí y tienen tantas dificultades. Después de regresar de Nueva York estuve trabajando en el Centro Nacional de Microbiología durante 11 años, pero en 2014 empecé un master de dos años en Salud Publica. Durante el master tuve la oportunidad de viajar por un mes a Ghana para ayudar en el estudio de un brote de cólera. Después de terminar el master quise seguir adquiriendo más experiencia internacional. Por eso, el año pasado estuve trabajando tres meses en Camboya para la Organización Mundial de la Salud (OMS). Después de esto, contacté con Médicos sin Fronteras para trabajar con ellos en una misión más larga. Ellos me ofrecieron una misión en Uzbekistán y decidí pedirme una excedencia en mi trabajo en Madrid para poder venirme aquí.

– ¿Ahora mismo dónde estás?

Estoy trabajando en un laboratorio para el diagnóstico de la tuberculosis en Nukus. Esta ciudad es la capital de la región de Karakalpakstan, que está situada al oeste de Uzbekistán.

Horacio Gil en las instalaciones de MSF en Uzbekistán /ILUSOLE

Horacio Gil en las instalaciones de MSF en Uzbekistán / ILUSOLE

– Uzbekistán no es Nueva York. Las diferencias están claras. ¿Dirías que hay algo en lo que sí se parecen?

Pues la verdad es que son muy diferentes, tanto las condiciones de vida, la gente, como sus costumbres.  Incluso el clima es muy extremo, aquí tenemos inviernos que se alcanzan -25⁰C y veranos con 45⁰C. En invierno cuando vas al mercado los frigoríficos con los congelados los tienen abiertos porque no necesitan que funcionen.

– ¿Nos puedes describir con alguna pequeña pincelada la situación actual de Uzbekistán?

Uzbekistán como otros países de Asia Central estuvo durante muchos años bajo el control del gobierno soviético. Actualmente aunque ha habido avances, el sistema sanitario presenta muchas carencias. Uno de los mayores problemas sanitarios que presenta la región y en concreto el país es la tuberculosis y la presencia de pacientes con multi-resistencia a los antibióticos. Estos pacientes tienen limitado el tipo de antibióticos que pueden utilizar para ser tratados. Esto es un problema, porque los pacientes necesitan recibir tratamiento durante dos años, con medicamentos que tienen muchos efectos secundarios. Médicos sin Fronteras lleva durante los últimos 20 años trabajando en esta región en colaboración con el Gobierno ayudando al diagnóstico y tratamiento de los pacientes con tuberculosis.

 

Una de las técnicos en un laboratorio de MSF, en Uzbekistán / ILUSOLE.

Una de las técnicos en un laboratorio de MSF, en Uzbekistán / ILUSOLE.

– Como Uzbekistán hay otros muchos sitios en el mundo que necesitan que reaccionemos ya. Según tú, ¿cuáles son los que más ayuda necesitan de manera inmediata?

Hay muchos sitios en el mundo que necesitan ayuda y las labores que realizan las diferentes ONGs en estos países son muy importantes. Médicos Sin Fronteras ofrece ayuda humanitaria en países con situaciones de emergencia, por ejemplo después de catástrofes naturales (huracanes, terremotos),  brotes de enfermedades infecciosas (ébola) o en países con conflictos militares (Afghanistan, Siria o República Democrática del Congo, entre otros).

– ¿Cuál es la labor que desempeñas actualmente en Uzbekistán?

En los últimos seis meses he trabajado de Jefe del laboratorio de diagnóstico de tuberculosis en Nukus. En los próximos meses voy a estar encargado del control de calidad de las actividades que se realizan en el laboratorio para asegurar que el diagnóstico de los pacientes se realiza de forma correcta.

– Tu día a día será agotador y, a veces, desmoralizante. ¿Cuáles son esas pequeñas o grandes cosas que hacen que sigan adelante allí?

La verdad es que tenemos mucho trabajo todos los días y muchos problemas que resolver. Pensar que el trabajo que realizamos en el laboratorio ayuda a que los pacientes reciban el tratamiento adecuado es reconfortante. A mí me ayuda también mucho mis compañeros de Médicos sin Fronteras que trabajan conmigo y con los que vivo en la misma casa. Somos como una gran familia con la que compartimos nuestros problemas y las cosas que nos pasan.

– ¿Piensas quedarte mucho tiempo por allá o debes estar disponible para ir al destino al que se te indique desde la organización de Médicos Sin Fronteras?

Inicialmente la misión en Uzbekistán es por un año y llevo ya seis meses trabajando aquí. Después cogeré vacaciones unos meses. Todavía no he decidido si continuaré con Médicos sin Fronteras en otro país o regresaré a mi trabajo en Madrid.

– Son muchos los que defienden que el ser humanos es egoísta por naturaleza. Viendo vuestra labor queda más que claro que no es así. ¿Qué les dirías a los que opinan así?

La verdad es que hay mucha gente que apoya a las ONGs. Gracias a las donaciones privadas que recibe en todo el mundo y los cooperantes que trabajan en esta organización, Médicos sin fronteras puede realizar esta importante labor humanitaria en muchos países.

– Por último y no menos importante ¿qué tienen que hacer aquellos que quieras colaborar con Médicos sin Fronteras y cuáles son las posibles actividades a desarrollo.

Hay muchas posibilidades de cooperar con Médicos sin Fronteras.  Se puede hacer donaciones económicas para que esta organización continúe realizando su labor. Las personas que quieran trabajar directamente con ellos pueden mandar su curriculum online en la página web de la organización. Médicos sin fronteras no sólo necesita personal sanitario (médicos o enfermeras), también necesita gente de otras profesiones como ingenieros, psicólogos o personas que puede llevar temas administrativos o de suministros entre otros.

 

Muchísimas gracias por todo Horacio y mucha suerte en Uzbekistán. Esperamos que vuestro trabajo allí sea efectivo y decisivo en el combate contra la tuberculosis. Nosotras apostamos por vosotros y sabemos que vais a conseguir grandes logros. Esperamos que nos cuentes tu próximo destino porque, una persona incansable como tú y comprometida con la realidad más dura, seguro que vuelves a embarcarte en otra aventura en el futuro.

 

 

ILUSOLE

Curso: 1º y 2º ESO

Tutor: Beatriz Inza

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