Maestros sin fronteras
Viernes, 23 febrero 2018
Publicado en: Reportero Social
Decidí hacerme voluntaria porque quería agradecer la suerte que yo había tenido en la vida, ayudando a otros.
Cintia Blasco y Rodrigo Rubio, maestros de educación infantil del colegio Compañía de María, son un claro ejemplo de solidaridad sin fronteras. Desde hace años forman parte de la ONGD FISC Rioja y, además de las innumerables labores de concienciación social que realizan a nivel local, también han realizado muchas experiencias de cooperación en países menos desarrollados. Desde Cía’s Company hemos querido entrevistarnos con ellos para contaros todo sobre esta increíble labor social.
Hace un par de semanas ya hablamos un poco de FISC Joven, una rama de la ONG FISC. Pero ¿podríais contarnos un poco sobre FISC en general?
Rodrigo: FISC en una ONGD fundada por, y vinculada a la Compañía de María que desde 1994 trabaja para erradicar la pobreza en los pueblos en solidaridad con las culturas del mundo. Aunque no seamos una de las ONGDs más conocidas, FISC tiene las mismas funciones que cualquier otra. El problema a veces es que no se nos conoce porque somos pequeños y no invertimos en publicidad ya que priorizamos gastos y los destinamos a ayudar. Nuestro objetivo es sensibilizar a los ciudadanos logroñeses, aunque es importante saber que FISC no sólo se encuentra en Logroño, sino que hay también otras delegaciones a nivel nacional.
¿Por qué decidisteis haceros voluntarios de FISC?
Cintia: Cuando vine a trabajar al colegio para mí fue un sueño. Justo había acabado la carrera y empecé a trabajar aquí. Me comentaron que había una ONG en el colegio y me pareció una idea estupenda. Decidí formar parte de ella porque de algún modo quería agradecer que a mí se me había cumplido mi sueño de ser maestra, y quería devolver de alguna manera la suerte que yo había tenido.
Rodrigo: En mi caso fue parecido. Cuando yo entré a formar parte éramos un grupo más reducido, pero yo ya había tenido experiencias anteriores con una ONG en el colegio en el que estudié, y siempre me llamó la atención ayudar a gente que no tiene la misma suerte que tenemos nosotros. Así que pensé: “¿qué mejor forma que hacerlo desde la ONG de tu colegio?” Y desde entonces han ya pasado unos cuantos años.
Sabemos que FISC opera en muchos países del mundo. ¿Podríais contarnos un poco más en qué zonas está presente?
Rodrigo: Somos una ONGD a nivel Internacional, trabajamos en muchos países, pero sí que es cierto que se priorizan aquellos lugares en los que existe una mayor necesidad. Evidentemente existen sedes donde la Compañía de María está presente.
Cintia: Nosotros como colegio ayudamos con un proyecto solidario. Ahora estamos trabajando sensibilizando a alumnos y familias para un proyecto en Haití. Pero en realidad FISC está trabajando en África, en el Congo, Perú, Argentina, Nicaragua, Paraguay, Guatemala, Filipinas… en la página web general se pueden encontrar los proyectos en los que se trabaja.
¿De qué tipo de proyectos se trata?
Cintia: Sobre todo son proyectos que potencien el papel de la mujer. Trabajamos para que las mujeres tengan voz y voto en la sociedad en la que viven y también en la educación de sus hijos. Por otro lado, al estar vinculado a la Compañía de María, a la enseñanza, también la ONG busca proyectos que intenten potenciar la educación.
Rodrigo: La ONGD tiene dos vertientes; por un lado, la sensibilización desde aquí, y por otro lado el trabajo propiamente de campo, el trabajar donde realmente surgen las necesidades. Para ello existe el Programa Salongo, que ofrece al voluntario FISC vivir una de estas realidades en primera persona. Nosotros tenemos la suerte de tener unas vacaciones más extensas que quizás en otras profesiones y parte de ellas las dedicamos a vivir experiencias de este tipo. Yo lo he hecho ya en multitud de ocasiones, porque engancha. Como a nosotros nos gusta decir, son experiencias de vida. Te permite conocer la realidad, la culturas, las necesidades de ese país desde dentro. Yo lo he hecho desde Nicaragua, por ejemplo, donde se inició un proyecto muy importante a raíz de la tragedia que causó el huracán Mitch. Además, es importante saber que FISC no sólo pretende atender en el momento del desastre, sino permanecer ahí, velar por y garantizar una educación de calidad que revierta en la educación de los jóvenes.
¿Podríais contarnos alguna de vuestras experiencias en otros países? ¿Qué labor realizáis allá?
Cintia: Como ha comentado antes Rodrigo, contamos con unas cuantas a nuestras espaldas. Al principio íbamos un poco de animadores sociales, potenciando la ayuda. Pero nos dábamos cuenta de que al fin y al cabo nosotros sólo estábamos un mes, y cuando nos íbamos nadie seguía con esa labor. Entonces decidimos que lo importante era dar formación a los profesores de los centros escolares para que luego ellos continuasen con la iniciativa. Y por eso una de nuestras funciones, como maestros que somos, es dar formación al profesorado. Nos reunimos con ellos, y a partir de un test DAFO en el que ellos mismos nos dicen sus puntos fuertes y sus puntos débiles, organizamos las sesiones de formación. Llevamos también muchos materiales, libros, material didáctico en general, y se lo enseñamos a los profesores para que lo pongan en práctica en el día a día.
Rodrigo: Además hay que tener en cuenta que sus posibilidades y recursos nos son los mismos que los nuestros. Muchísimos profesores no pueden realizar estudios superiores, y tampoco tienen acceso material didáctico. Nosotros ya tenemos muy sensibilizados a los profesores de aquí, y cuando llega la fecha y saben que nos vamos a ir, siempre nos dan material que tienen duplicado, o que ya no usan y nos solemos llevar una maleta cargada para dejarlo allí.
¿Qué dificultades os soléis encontrar en estas experiencias?
Cintia: Muchas veces el idioma es la dificultad principal. Es cierto que muchos proyectos son en Hispanoamérica, pero ellos suelen tener su lengua indígena, y aunque en el colegio se hable en castellano, tanto a los alumnos como a los profesores les cuenta mucho comunicarse en esta lengua. Tenemos que ayudarles a escribir y a expresarse. Otra dificultad es Internet. Aquí estamos acostumbrados a tener todo al alcance de la mano, tenemos el móvil, el ordenador… pero allá no es así. Cuando estuvimos en Cuba nos pedían llevar vídeos, materiales, canciones… porque no existe la posibilidad de buscarlo inmediatamente en Internet, como aquí.
¿Cómo fue vuestra estancia en Cuba? Nos consta que tuvisteis algunas dificultades.
Rodrigo: La situación de Cuba en concreto es muy especial, principalmente por el tema político. Hay que ir con la mentalidad muy abierta y con mucha cautela puesto que las labores educativas que realizamos están vinculadas a un colegio religioso. En Cuba con el régimen de Castro tienen muy controlado este tema. Miran mucho el tipo de visado que tienes que llevar, y si encima está vinculado al tema religioso lo miran con lupa. Desde nuestra llegada al país tuvimos que tener mucho cuidado con lo que decíamos, cuál era nuestra opinión…
Cintia: Las hermanas con las que estuvimos trabajando nos contaban que por fin habían conseguido poder reunirse en la calle y hacer actividades con los jóvenes. Cada país tiene sus dificultades, y realmente no las conoces hasta que no estás en el terreno. Pero independientemente de estas dificultades, lo que te cuenta es la satisfacción personal. Cuando tú haces algo por los demás y estás dedicando tu tiempo, la satisfacción personal que a ti te revierte es enorme, y eso engancha y te hace querer más. Quieres seguir ayudando, quieres comprometerte, ves lo necesario que es que el resto de tu entorno conozca las dificultades que tienen otras personas. Cuando estuvimos en Bolivia, a más de 4000 metros de altitud, hacía mucho frío, la comida era escasa, los chavales nos miraban extrañados porque ahí nadie iba a verlos, estaban muy asilados, era un poblado muy indígena. Al final, después de estar con ellos, y de la relación que se genera con ellos, te ofrecen todo lo que tienen, que es muy poco, pero eso es lo que te cuenta.
Rodrigo: Siempre comentamos con la sonrisa que te reciben. Hemos estado en Nicaragua, Perú, Bolivia, Paraguay, Guatemala, Cuba…
Cintia: A mí me viene a la mente la experiencia de Guatemala. Sobre todo, por la dificultad que tenían los jóvenes de venir al colegio. Muchos chicos a veces no venían porque tenían 6 horas de caminata hasta el colegio y por eso se les facilitaba poder quedarse en un internado de lunes a viernes. Otros niños que no vivían tan lejos también tenían dificultades para venir si llovía o se inundaban los caminos.
Rodrigo: También se experimenta un salto generacional muy grande. Porque ahora nuestros padres están muy cercanos a nosotros, te entienden, te pueden ayudar con las tareas escolares. Pero ahí es diferente. A mí me recordaba a las historias que te contaban tus abuelos: sin luz eléctrica, en muchos casos sin agua caliente… Unas dificultades que a día de hoy no te puedes creer que puedan existir, pero que se siguen dando.
Cintia: Se ven muchas injusticias a nivel social, por ejemplo con la mujer. En nuestras primeras experiencias nos encontramos con algún caso de violaciones a niñas por parte de su familia. Afortunadamente esto ha ido mejorando poco a poco.
Rodrigo: Lo que hemos comprobado en todas estas experiencias es que al final es la mujer el motor de todo: la que saca adelante a los hijos y la que se busca los medios y las formas para alimentarlos.
Cintia: No obstante, aunque nosotros veamos estas injusticias, también hay que tener mucho respeto. Hay que entender que es su cultura y que nosotros no podemos llegar allá imponiendo la nuestra o pretendiendo cambiarles radicalmente.
Hay que sensibilizar poco a poco, pero siempre desde el respeto.
Seguramente después de leer esta noticia y ver el cariño con el que relatáis todo, alguien se plantee realizar una experiencia de este tipo. ¿Qué tendrían que hacer?
Rodrigo: Nosotros tenemos el programa Salongo, que se puede consultar en la página web de FISC España, que ofrece la posibilidad de formarte y hacer voluntariado. De hecho, la convocatoria suele salir todos los años en diciembre y finaliza en febrero, así que todavía están a tiempo. Nosotros animamos a todos los interesados a que lo prueben, porque realmente engancha.