En un entorno sorprendente, aprende en Bezares, el poderío de la energía hidráulica.

El pasado 18 de marzo, cogimos los abrigos, las bufandas bien gordas y los paraguas y subimos a Bezares.

Los telediarios se hacían aún eco de las últimas nevadas y nosotras temíamos por la excursión que habíamos organizado.

En Santa Coloma, primera parada, nos esperaba, nuestra profe de inglés y francés, Silvia Amutio. También Bea, coordinadora de Ilusole durante todo este tiempo y madres, padres, maridos, hijos y hermanos. ¡Menuda tropa!.

Silvia, como es del pueblo, no dudó en justificarnos la situación privilegiada de Santa Coloma, al poder ver gran parte de La Rioja Alta, mientras que nos contaba, en la plaza, que en 1812, en plena guerra de la Independencia, hubo una convención de 59 localidades para reclamar la creación de La Rioja, independiente de Castilla.

 

 

También nos habló del antiguo Monasterio de Santa Columba, actual iglesia, y que le dio nombre al posterior pueblo. Se ha intervenido mediante las excavaciones que hubo en la misma, hace, aproximadamente, una década. Fue declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento, el 15 de enero de 1982.

Después de ver el mapa en piedra de La Rioja y de identificar los ríos riojanos que jalonan la Plaza de la Convención en Santa Coloma, nos acercamos a Bezares.

Este pequeñito pueblo, de una veintena de vecinos, está situado en un enclave espectacular. En su día, hace siglos, debió ser un centro alfarero importante. Pero hoy casi nadie se acuerda de Bezares. Por eso, demanda ser más conocido y tenido en cuenta. Su alcalde, junto con otros vecinos, dieron con la solución a este anonimato al que parecían estar confinados. Crearon un parque de la energía hidráulica. A mano. Trabajando poco a poco. Lo han coronado con una granja escuela abierta en los meses de verano.

 

 

No os perdáis este pequeño paseo por el parque. Y os animamos a que subáis a lo alto del Valle del Yalde y admiréis las vista; vayáis a la Plaza de la Convención en Santa Coloma y os empapéis de historia y, después, respiréis paz y calma mientras os quedáis sorprendidos con el ingenio y las norias del parque.