El agua: lujosa necesidad

Si entramos en la web de la ONU hoy, 22 de marzo, y tecleamos Día Internacional del Agua lo primero que leemos, en letras grandes, es “la humanidad necesita agua”. Esta es la gran verdad. No hace falta saber mucho para pensar en la gente, demasiada, que sobrevive (no vive) diariamente sin un acceso a agua potable cercano. Es más, la propia Organización de las Naciones Unidas habla de más de 663 millones de personas.

Otra cosa es que nos sea más fácil mirar para otro lado, u olvidarnos de esta realidad, cada vez que abrimos el grifo y no nos preocupamos de cerrarlo responsablemente. Y eso que este otoño hemos visto, quien más y quien menos, las orejas al lobo. Octubre y noviembre, extraordinariamente secos, dejaron a nuestra tierra y a nuestras gentes temblando. Los embalses se secaban, los ríos ya no llevaban casi agua, en algunos sitios hubo cortes de agua (en otros estaba la amenaza se esa posibilidad planeando sobre nuestras cabezas), los agricultores clamaban al cielo piedad en forma de lluvia… En enero llegó la nieve. Y, con ella, el temor a que los altibajos en las temperaturas hicieran que el deshielo fuera algo demasiado peligroso. Al final, los embalses se han recuperado, alcanzando el 90% de su capacidad y los ríos, rebosantes de agua, ponen alegría a las montañas y valles tras su paso.

Sin embargo, sigue siendo un problema. Hoy en día, más del 80% de las aguas residuales retornan a los ecosistemas sin ser tratadas. Es desolador el número (842.000) de víctimas mortales por las malas condiciones del agua. La ONU es contundente en sus cifras: el 40% de la población mundial sufre por la escasez de agua. Y nuestra pregunta es, ¿en el siglo XXI en el que vivimos, en el que presumimos de tener todo a nuestro alcance y una tecnología punta, no se puede conseguir cambiar esto? ¿No podemos hacer nada? Creemos que el problema no está en la capacidad sino en la actitud: en el querer hacer.

Son muy pocos ya los que no hablan del cambio climático como una realidad, los que no se refieren a septiembres frescos y otoños fríos, de lluvias regulares, de nieves en marzo y abril continuadas, de buenas temporadas para las estaciones de esquí… Este otoño ha sido el más seco de las últimas décadas. Mucha gente mayor comentaba que no recordaban tremenda sequía. Hubo pueblos riojanos que tuvieron restricciones de agua. Hubo incluso grandes núcleos de población, fuera de La Rioja, que pendieron de un hilo.

Pero ya pasó. Llegó la lluvia, aunque tardía, y las nieves. Y ya se olvidó. Se llenaron los embalses y los ríos volvieron a la vida. Y dejó de interesar las noticias, conversaciones en corrillos en el pueblo, las imágenes desoladoras… que invadían telediarios en los meses pasados. Con el titular “El agua: lujosa necesidad” queremos denunciar nuestra irresponsabilidad y falta de empatía ante el grave problema del agua. La gente muere de sed y nosotros, a veces, despilfarramos el agua. 

Para celebrar el Día del Agua hemos hecho una encuesta sobre uso, disfrute y concienciación. Tras analizar los resultados, hemos querido recoger algunas imágenes de ríos y embalses riojanos. No están todos. Hubiésemos  querido poder recorrer toda la geografía de nuestra Comunidad. En otra ocasión será. Os dejamos con nuestro reportaje. Y ya sabéis… gota a gota se consiguen litros; litros a litros; se salvan vidas.