Carnaval amargo
Jueves, 22 febrero 2018
Publicado en: Literatura
La mayoría de personas conocen esta fiesta y la celebran, pero no todos conocen sus comienzos. Esta celebración se remonta a la Edad Media, cuando los emperadores una vez al año, disfrazaban a sus esclavos y se divertían haciéndoles pasar vergüenza con disfraces denigrantes.
Hoy en día, esta celebración tiene otros fines menos crueles. En esta fecha mayores y pequeños se disfrazan de lo que ellos quieren para así juntarse con amigos y familia y pasar un buen rato. En cambio, existen otras personas para las que el carnaval significa algo más profundo. El significado que tiene esta celebración para esas personas es la de poder ser ellos mismos por una vez al año, nadie les juzgará, o esto creía un hombre hasta lo que le sucedió. Esta es su historia:
Nos situamos en el día 10 de febrero del año 2018. Un hombre de aproximadamente 30 años de edad, con una sexualidad transgénero sufrió una agresión tanto verbal como física. A eso de las 17:00 p.m, el hombre en cuestión iba vestido como “drag queen”, nombre que se les da a los transexuales vestidos de forma femenina. De repente, al hombre le abordaron una panda de hombres que le gritaron insultos como “maricón”, “travesti”, etc., solo por el hecho de vestirse como él realmente se sentía, como una mujer. Después de eso, los matones al ver que el hombre no les hacía caso empezaron a pegarle mientras le insultaban. Esto duró hasta que una familia que pasaba por esa calle les vio y acudió a rescatar al protagonista de este hecho. Rápidamente, la familia le llevó a urgencias y declaró a la policía sobre los matones y lo sucedido. Al final, al hombre se le diagnosticó que tenía una dislocación en el brazo y varios moratones en todo el cuerpo.
Con este tipo de situaciones podemos ver que realmente no hemos avanzado nada en los derechos humanos. Esos derechos que tanta gente sacrificó su vida para conseguir. Un par de palabras escritas en un papel que al final no se llevarán a cabo. Los únicos que podemos cambiar esto somos nosotros cambiando nuestra conciencia y forma de actuar. Según la declaración universal de derechos humanos “todos los humanos son iguales ante los otros”. Se supone que este código es el más básico, pero ¿por qué es el que menos se cumple? Simplemente, debemos detenernos y pensar en ello.