La Rioja de cabo a rabo

Con motivo del 125 aniversario del periódico La Rioja, los periodistas Pío García y Justo Rodríguez decidieron recrear el viaje que sus colegas de oficio realizaron hace cuatro décadas para el diario fundado por Facundo Martínez-Zaporta.

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Así, en enero de 2014  arrancaron un viaje hacia los 174 municipios de la región recorriéndola de cabo a rabo. Las historias bien documentadas gracias a los que mejor las conocen, sus habitantes, acompañadas de fotografías y panorámicas de los municipios fueron publicadas los fines de semana de ese mismo año. Afortunadamente, hace unos meses el periódico en colaboración con Bankia editaronun libro para el disfrute de todos nosotros.

 

Sin movernos de La Rioja Baja, podemos tener la sensación de visitar Italia o regiones asturianas si caemos en municipios como Igea o Grávalos. Además, podemos hacer un alto en el camino para refrescarnos la garganta en Muro de aguas o llenar el estómago con denominación de origen, las peras de Rincón de Soto. También debemos calzarnos unas buenas botas en Arnedo porque vamos dispuestos a respirar naturaleza en los Sotos del Ebro a su paso por Alfaro para terminar trasladándonos a épocas remotas gracias a las huellas que los dinosaurios dejaron en Enciso.

 

Si seguimos a lo largo de la N-232 nos pondremos en la piel de Don Quijote y sentiremos lo mismo que el personaje de Cervantes cuando se topó con los “gigantes” gracias al molino de Ocón. Si retrocedemos unos siglos en el tiempo nos trasladaremos a épocas de príncipes, princesas y caballeros medievales desde el castillo de Aguas Mansas en Agoncillo o desde el de Clavijo. En estas fechas se construyó también el puente medieval sobre el río Leza a su paso por Soto en Cameros, comarca que nos brinda imágenes de postal.

 

Por último, ya en La Rioja Alta nuestros sentidos se ponen a trabajar a tal punto que en Baños de Río Tobía el olfato puede seguir el esencia a jamón, nuestras papilas gustativas saborean grandes vinos en Haro y nuestros ojos pueden percibir un sinfín de sensaciones cromáticas como son los bosques de Tobía, el barrio de Cuevas en Anguiano o los picos nevados en Ezcaray.

 

La Rioja es, sin duda, la cuna del castellano y del mejor vino, pero gracias a este libro podemos observar que además de lo anterior es mucho más; es tierra de tradición, de historia, de cultura y  sobre todo, de buena gente.