JAVIER FERNÁNDEZ

Javier Fernández, a sus 26 años uno de los mejores patinadores sobre hielo del mundo. Capaz de conseguir todo lo que se propone.

 

Javier Fernández a los ocho años, como muchos niños, se repartía su tiempo libre entre sus disciplinas deportivas favoritas: El tenis, fútbol y el patinaje artístico. Pero ya era evidente que Javier era un increíble patinador, como su hermana, Laura. Su hermana recibió una oferta del club de Jaca, toda su familia decidió irse a vivir allí, por lo que también Javier quiso entrenar allá.

 

Pasado un tiempo la familia quiso volver a Madrid, el pequeño Javier decidió abandonar el patinaje artístico por un tiempo. Todo pudo haber acabado ahí. En un intento fallido. Pero un milagro se cruzó en su camino. El expatinador ruso, entrenador y coreógrafo Nicolai Morozov le vio en un campamento de verano en Andorra. Y no lo dudó. Ofreció a Javier Fernández irse con él a entrenar a Estados Unidos.

 

Nicolai Morozov fue puliendo sus cualidades y él fue mejorando día a día. Tuvo que dejar New Jersey, para seguir a su entrenador a Moscú y Letonia.

En los Juegos Olímpicos de invierno en Vancouver 2010 alcanzó la decimocuarta posición y muchos entrenadores quisieron conseguir a este diamante para pulirlo.

 

 

Él primero en verlo fue Brian Orser, dos veces medallista olímpico y padre deportivo del campeón español. Dejó de deambular junto a Nicolai Morozov para instalarse en Toronto junto a él. El patinador español era extremadamente talentoso, pero estaba un poco fuera de control. En 2013 conquistó su primer campeonato de Europa.

 

Javier Fernández ha evolucionado en muchos sentidos trabajando junto a Brian Orser, pero sin duda una de las razones capitales es la competitividad que se ha generado entre él y el japonés Yuzuru Hanyu.