Otro tipo de infancia ( Javier Porres )
Como muchas otras, la explotación infantil es una triste realidad que por desgracia, aún en pleno siglo XXI no ha sido erradicada.
Cada día miles de niños son llamados a trabajar en los países subdesarrollados o en vía de desarrollo del tercer mundo, donde las condiciones, tanto laborales como sanitarias son infrahumanas.
La mayor parte de la producción de las fábricas textiles de países como Pakistán o Bangladesh está realizada por menores que se ven obligados a trabajar para intentar escapar de la pobreza que les rodea y poder mantener así a sus familias. Desgraciadamente, e primer mundo hace la vista gorda ante estos casos puesto que los productos fabricados son para nuestro uso y consumo.Las multinacionales apuestan por estos países para colocar sus fábricas puesto que la mano de obra les sale mucho más barata que en el primer mundo, destruyendo así las infancias de miles de niños que trabajan cada día 14 horas en unas condiciones pésimas.
Por desgracia, sólo se toman represalias cuando suceden casos como incendios o derrumbamientos en estos lugares y sale a la luz la gran cantidad de explotación laboral a la que muchos menores se ven sometidos porque no les queda más remedio, mientras que en el primer mundo nosotros seguimos consumiendo estos productos y las infancias de cada vez más niños quedan reducidas a cenizas.
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