La pastoral penitenciaria

Lunes, 29 febrero 2016

Publicado en: Curiosidades

Descubriendo solidaridad donde menos se podría esperar.

Magda es la responsable de la Pastoral Penitenciaria en el Centro Penitenciario de Logroño. Un trabajo en la sombra, socialmente poco conocido. Una mujer que ofrece su mano a quienes la sociedad rechaza. “La basura orgánica en la cocina huele y es maravilloso bajarla al contenedor y nunca más acordarnos de ella. La población penitenciaria no nos gusta en la cocina de la sociedad, pero una vez llevada a la cárcel nos olvidamos”. Ella es la Capellana de la prisión, pero en su labor no excluye creencias; un corazón que no se endurece pese a estar en contacto con la frustración, el dolor… Un trabajo, el suyo, que la ha hecho quitarse muchos prejuicios , replanteárselos y cambiarlos por ternura y compasión.
En sus inicios hay un proceso de evolución. Comienza con la figura de los sacerdotes funcionarios en las cárceles españolas. Pero, poco a poco, se vio la necesidad de que en las cárceles no hubiese un cargo de funcionario como tal; sino que los sacerdotes pidieron a los obispos que lo transformasen en un cargo de la comunidad cristiana, que no solo llevara a cabo la celebración de la misa, sino que cumpliese otra serie de tareas. A partir de aquí, fue transformándose y cubriendo otras necesidades y diferentes funciones dentro del ámbito de las instituciones penitenciarias. Ha sido un proceso.
Como capellana, ella acompaña en este ámbito, que actualmente casi parece desconocido, que es el espiritual. No tanto a nivel religioso, nos dice, sino la necesidad del ser humano de plantearse la trascendencia, el “de donde soy?”, “¿de dónde vengo?”, ¿hacia dónde voy?”, “¿por qué me ha pasado esto?”… Algo válido para todas las personas y creencias. Su principal prioridad es servir de escucha. Desde su punto de vista, la comunicación con las personas no a un día con un horario marcado en la oficina. Ella opta por dar su tiempo y dejar que surja de manera espontánea. Nos cuenta que esto ocurre, que pueden estar seis meses sin que un interno en concreto les dirija la palabra, pero que a los seis meses y un día, se produzca el encuentro, lña conversación , el diálogo…Es un saber esperar.
Su trabajo lo realiza en coordinación con la subdirectora de tratamiento, que es la que organiza a los voluntarios de las distintas ONGs y unidades colaboradoras. Ellos tienen una intervención antes de la prisión, durante, y después. Entonces su trabajo, es hacer una oferta, presentar a instituciones un programa de intervención. Este, requiere de horas, voluntarios con el perfil adecuado, espacio… Respondiendo a las necesidades del centro penitenciario en cada momento. Actualmente, tiene talleres de inglés, de elaboración de pelotas, peluquería, manualidades… Y otros, que son específicamente religiosos, unidos a todas las celebraciones comunes de una parroquia. Gran parte de la tarea de los voluntarios es también acompañar, compartir tiempo con los presos, escucharles…
El papel no es solo religioso. No es excluyente. Atiende a internos de muchas otras religiones. Muchas de ellas cubiertas por los representantes de sus respectivas creencias. Nos cuanta que en las celebraciones católicas, intenta respetar los hábitos culinarios de otras religiones, o añadir en la capilla símbolos ortodoxos, regalar tarjetas de teléfono para que puedan hablar con sus familias… Pequeños detalles, que son recibidos con alegría. La gente necesita sus símbolos, poder expresarse, el rito. En un lugar como la cárcel, volver a tus orígenes, a lo que te resulta familiar, puede cobrar aún más importancia.

Némesis

Curso: 4º ESO

Tutor: Anabel Marín Arellano

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