Historia de un alma solidaria, la capellana

Lunes, 29 febrero 2016

Publicado en: Curiosidades

Primera parte de la historia de la vida de la anteriormente comentada, capellana de la cárcel de Logroño, Magda.

Ella es médico de profesión. Pero en el año 82, se fue al extranjero y no regresó hasta el 2003, por lo que ha pasado muchos años fuera de España. Es religiosa y nos cuenta que siempre ha trabajado en los barrios bajos de todas las ciudades.
En sus primeros años, pasó seis meses en Londres para aprender inglés. Y seguidamente, tres años en Roma, donde también aprendió italiano. Pero no estuvo en las zonas más afortunadas, sino en los barrios profundos. Después de toda esta formación, fue destinada a Haití, donde pasó muchos años. Allí, trabajó en un dispensiario atendiendo a las personas más pobres, por lo que fueron unos años durísimos, que coincidieron con las dictaduras militares, con muchísima violencia, cuando la tuberculosis, el sida y el hambre diezmaban a la población. Siempre estaba con los grupos más desfavorecidos, lo que allí se conocía como el “vagabó”, que quiere decir algo así como vagabundo. Cuenta, que siempre se ha llevado bien con los “chicos malos”. Y estos, lo sabían. Allí, había problemas, a veces la robaban… Pero ella no llamó nunca a la policía, sabía que en el caso de hacerlo, iban a ser llevados a unas cárceles donde iban a ser torturados. Y ella dice que no se podía permitir que ellos fueran a aquellas prisiones. Por lo que intentó establecer unas relaciones con ellos, en las que supiesen que podían contar con ella. Ella, atendía los partos de sus mujeres, el nacimiento de sus hijos, les curaba las enfermedades, la robaban las pomadas… Pero se establecía un contacto, mediante el cual, ella sabía que podía recurrir a ellos. Y así lo hacía, por ejemplo cuando tenía algún paciente moribundo, si ella se lo pedía, ellos la ayudaban en todo lo que podían. Cosas, que como dice, no se enseñan en la facultad de medicina. Es un saber vivir.
En esos países, las cárceles eran tan espeluznantes, que no podía permitirse mandar a sus chicos, de los que en ocasiones había recibido tanto, a lugares así. No, después de ver como volvían, moribundos. La violencia, dice que era grande, pero ella no quería que fuesen allí. Ella prefería arreglar las cosas con ellos. Lo que hizo que estableciese un importante vínculo. Desgraciadamente, nos cuenta, que antes de irse de Haití, había enterrado a casi todos sus “vagabós”, la tuberculosis, el sida, la violencia… Hizo que estos fuesen, como dice, una generación que perdió.
Después en el año 92, tuvo una experiencia en las cárceles, que le impactó ir de una forma especial. Nos habla de cuando estuvo en Guantanamo. Ella vivió nueve meses en esta base militar y conoce el campo “Rayos X”. Esto dice que son cosas que te marcan para el resto de tu vida. Vivir nueve meses con 30000 balseros cubanos, 5000 haitianos que huían de la dictadura, gente que llegaba, amarrados sus cuerpos… Un fenómeno similar dice, a los refugiados de Siria. Los que huían de la dictadura de Fidel Castro. Y los que huían de la dictadura militar de Fedrás, intentando llegar a Miami. Lo que ocurrió fue que hubo un problema político, y a que tras importantes éxodos como el de Mariel, en los que llegaron 140000 refugiados a Miami. El Gobierno de Estados Unidos, se negó a la entrada de más cubanos. Por lo que los guardacostas, los cogían en alta mar y los llevaban a esta base. Así, se perdieron, cuenta, 30000 balseros en el mar. Fueron muchísimas muertes de personas que, tras el permiso de Fidel para salir, un perfil de hombres de unos 30 años con la carrera universitaria terminada (ya que la educación universitaria en Cuba era un valor muy importante), que huían con la esperanza del “american dream”. Dice que los vio llegar con las piernas comidas por los tiburones. Fue una experiencia que le marcó mucho. Ver a tantos refugiados políticos durante un periodo tan grande, unos meses de una incertidumbre total. Porque si eran repatriados, volverían directamente a las cárceles de Cuba y Haití. Entonces hubo una gran gestión mediática, que, nos cuenta, se resolvió un 2 de mayo, con una solución política entre países. Finalmente se aceptaron a los balseros cubanos y haitianos. Esto te hace ver la realidad con otra perspectiva… Una población que está presa, retenida, sin ser delincuentes. Fue dar un matiz distinto a la cárcel. Curiosamente, había criminales y no delincuentes, y también espías del sistema. De hecho, el día que se anunció la posibilidad de llegar a América, unas 500 personas, pidieron regresar a Cuba. Lo que quiso decir que eran infiltrados políticos, enviados para crear disturbios.
Para ella visitar el campo rayos x fue realmente impactante. Nos cuenta que lo percibió como una jaula en medio del desierto, de un calor tropical bestial… Una jaula de hierro donde los presos haitianos y cubanos estaban hacinados. Una imagen que le marcó para siempre.

Némesis

Curso: 4º ESO

Tutor: Anabel Marín Arellano

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