Cómo cambia la vida…

La vida a través de la infancia ha variado enormemente a lo largo de las generaciones. Con estas dos entrevistas vamos a poder ver que la vida cambia pero a veces no tanto aunque pasen los años.

Edurne Hernandez, de 14 años alumna del IES Celso Díaz

-¿Qué es lo que más te gustó de tu infancia?

-Los momentos con mi familia además en verano me gustaba ir a campamentos o comer en familia.

-¿Qué solías hacer en tu tiempo libre cuando eras pequeña?

-Me gustaba  ir de camping con mis padres, siempre solía estar con ellos y mis tíos.

-¿A qué te gustaba jugar con tus amigos?

-Recuerdo que jugábamos a muchos juegos pero los que más me gustaban eran el escondite y el pilla-pilla. Ahora lo que solemos hacer es hablar porque no nos gusta coger el móvil cuando estamos con nuestros amigos. En invierno a veces nos aburrimos un poco porque como hace frio no sabemos que hacer.

-¿Crees qué las nuevas tecnologías han cambiado la infancia?

-Sí, a mi me dieron el móvil con 11 años y ahora hay muchos niños con 8 años que ya lo tienen y se pasan horas jugando con el teléfono y comunicándose entre ellos a traes del WhatsApp.

Pienso que ahora no nos sociabilizamos tanto y por ello somos más tímidos

Recuerdo que mis abuelos me cuentan que ellos se pasaban todo el día en la calle jugando con sus amigos, se sociabilizaban más y por eso creo que tienen más cultura ya que las redes sociales lo han cambiado todo.

-¿Qué material utilizabas en el colegio?

-Nunca me ha faltado de nada sobre todo utilizo libros  y hay que dar gracias a que aquí tenemos de todo porque en muchos otros países muchos niños no pueden ir al colegio porque tienen que ir a trabajar o a ayudar a sus familias.

-¿Tus abuelos te recogían del colegio?

-Pocas veces porque mis padres siempre han querido estar conmigo.

-¿Hay algo que no haya cambiado de la infancia de tus abuelos y de la tuya?

-Pues ha cambiado casi todo pero yo creo que seguimos escribiendo, lo que más ha cambiado sin duda es la sociedad, ellos pasaban todo el verano trabajando para ganar dinero y ayudar a su familia.

-¿Qué hubieras cambiado de tu infancia?

-Me hubiera gustado más pasar más tiempo en la calle con mis amigos como lo hacían mis abuelos porque se ha perdido mucha comunicación por las redes sociales.


Santiago Pérez Arados Garrido años de edad presidenta del centro de personas mayores de Arnedo.

-¿Qué es lo que más recuerdas de tu infancia?

-Mira, Arnedo entonces era un pueblo que no tenía apenas vida, era agrícola pero tenía agricultura en sitios difíciles, porque el campo bueno lo tenían tres grandes familias que era la Baronesa, y los Becepos. Los demás estaban trabajando para ellos. Pero sin embargo, Arnedo tenía una gran iniciativa de las personas mayores. Así fueron trabajando y así fue creciendo. Arnedo era un campo de labranza pero pobre; porque la riqueza de la agricultura la tenían tres familias pero como tenían una iniciativa grande y una proporción de trabajo enorme empezaron a crear los zapatos primero con cáñamo, después con lizas, después con cueros…hasta que llegaron los zapatos que hoy se hacen y que tienen un carácter mundial. O sea eso era Arnedo entonces, en mi niñez. Yo no recuerdo muchos grandes, yo recuerdo cosas muy malas que ocurrieron en el año 33.

-¿Y qué pasó?

Hubo unos sucesos y hubo sangre en Arnedo, fue una cosa… había una huelga por unos despidos improcedentes de Faustino Gil de Muro, que era la única fábrica que había aquí en principio, llegaron a la plaza y estaba la Guardia Civil allí preparada e intentaron quitarle a uno el fusil hubo disparos muertos y heridos aquello fue los sucesos el 5 de enero del año 32. Por ahí empieza la vida de Arnedo. ¡Qué memoria!

-¿El mayor recuerdo de su  infancia cual sería?

-Toda la calle entera era nuestra, no había coches, era todo empedrado y jugábamos a coger piedras del suelo y romper cristales. Tengo buenos recuerdos porque yo jamás falte un día a clase, ni uno…eran clases muy perdidas, unos salones grandes. Cuando tenía 6 o 7 años, estábamos más cerca de la calle que del profesor y cuando te apetecía salías y ni se enteraba. En las cuatro primeras bancadas que había es “onde” estaban los listos, como yo digo o los granujas, o los pillos…

¿Y algo que te gustaría cambiar por la de l@s niñ@s de hoy en día?

Mira los niños de hoy en día…mira tendría que cambiar todo; fue una infancia de pobres, una infancia de gente que no trabajaba, que no estudiaba…no se pensaba “na más” que en jugar. Estábamos cerca del frontón viejo, teníamos la arcilla cerca, en la fuente Santiago que nos gustaba hacer modelos con la arcilla y en eso pasábamos el rato, no había juguetes, no teníamos balones, no teníamos medios…

-¿Y fabricabais algún juego vosotr@s?

-Las pelotas con algodón viejo, o con cinta  que a las madres de hacer punto les sobraba, nos hacíamos las pelotas y el único juego que teníamos. No teníamos otros juegos, no teníamos nada, era un país pobre. Era muy diferente a la que hay ahora Íbamos en pantalón corto todo el año porque con un pantalón largo se hacían dos cortos

-¿Tiene niet@s?

Tengo bisnietos ya, tengo 4 nietos y 5 bisnietos  y a todos les he enseñado una cosa: aprovechar la vida de los 18 años a los 25, lo que hagáis esos años os marcará la vida para bien o para mal. El bisnieto más pequeño lo tengo casi recién nacido.

¿Y usted los cuida o los ha cuidado?

-Yo los adoro pero están todos fuera de aquí, los nietos ya son mayores.

-¿Tienes hermanos?

-Ya murieron los dos, yo era el más joven, uno me pasaba 10 años y la otra me pasaba 5.

-¿Crees que los niños de ahora deberían salir más a la calle?

-Mira los niños deben estar siempre en la calle; pero ojo, cuando tengan tiempo; porque primero hay obligaciones. Ahora tenéis grandes espacios, no es como antes que no teníamos nada. Arnedo se terminaba en la “Puerta Munillo” y en la parte derecha yendo al ayuntamiento era todo un campo con un árbol gordo, a la derecha empezaba el ayuntamiento y había un abrevadero para las caballerías, un “hotelcito” Pero a la parte derecha era todo de un campo seco pero cerrado.

-¿Cuándo empezó a trabajar?

-Hombre, trabajar, trabajar… mi padre era albañil y a los 14 años empecé algo pero muy poco. Pero a los 17 años ya salí de casa, estuve en Logroño en la escuela de Formación Profesional, después a Madrid 5 años y 1 año en la mili en Palma de Mallorca pero yo estaba en el Servicio Secreto de Información de Estado Mayor.

-¿Cree usted que sus nietos y bisnietos tienen la misma relación que la que tuvo con sus abuelos?

No, los abuelos eran todo respeto, todo orden y eran como un patriarcal. Ahora no, con mi mis nietos hablo los problemas que tienen si se los puedo resolver se los resuelvo.

-¿Cuáles eran las asignaturas que más le gustaban?

Para mí, siempre el dibujo, tengo varios cuadros.  Hice dos cursos de dibujo  con dos notas altísimas y después me marche a Madrid y allí es donde en la escuela de delineantes y aparejadores hice mi vida. Hasta que vine a casa y me dediqué a la construcción como lo hacía mi padre, así que yo hice medio Arnedo.

-¿En qué colegio o instituto ha estudiado?

-Cuando yo era pequeño no había ningún colegio más que el de las monjas.

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