"BERLÍN: UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE"
BERLÍN: UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE
El pasado sábado 28 de enero, 39 alumnos de 3º ESO de Maristas, emprendimos un viaje de una semana a la ciudad de Berlín, Alemania. Íbamos acompañados por tres de nuestros profesores y la coordinadora de Grupos Marcha del colegio, que es estudiante de enfermería.
Nuestro viaje comenzó en el colegio el sábado a las 8 de la mañana, hora a la que el autobús salió rumbo hacia el aeropuerto de El Prat de Barcelona. La emoción y la ilusión de que llegara el “gran día” se notaba en el ambiente (hubo gente que hasta contaba los días que faltaban), estábamos emocionados… sobre todo aquellos que iban a volar en un avión por primera vez.
Ya en Berlín, nos alojamos en un albergue para jóvenes cerca del centro de la ciudad. Como llegamos al hotel por la noche no pudimos hacer turismo el sábado; el verdadero viaje empezó el domingo por la mañana con una visita a la “East Side Gallery”; por la mañana y por la tarde visitamos además la ciudad de Potsdam, cercana a la capital alemana.
El lunes pudimos ver una exposición llamada “Topografía del Terror”, que hablaba sobre el aparato de seguridad de Hitler; por la tarde estuvimos en una visita guiada en un refugio antiaéreo, y por la noche, llegaron los alumnos turcos y holandeses.
Todos los días hubo visitas muy interesantes, pero algunas eran más impactantes que otras: el campo de concentración Sachsenhausen, entre otras, fue una experiencia muy dura y que seguro jamás olvidaremos. Ver en qué condiciones “vivían” los presos y el trato que recibían, fue verdaderamente horrible para todos nosotros. Hicimos otra excursión a una cárcel de la Stasi, el órgano de inteligencia de la República Democrática Alemana (RDA), en la cual solo había habido presos políticos. Escuchar las torturas psicológicas que se habían llevado a cabo en ese lugar resultó aterrador, pensar que personas como nosotros fueran capaces de hacer eso, fue realmente terrible de asimilar.
Sin embargo, también nos hemos llevado muy buenos momentos de este viaje, como la vez en que estuvimos en la puerta de Brandemburgo -donde empezamos a conocer a los compañeros holandeses- o la visita al Reichstag, y muchas otras excursiones que hicimos. Otro muy buen recuerdo fue cuando, el segundo día hacia las 7 de la tarde, estábamos cenando y de repente empezó a nevar… ¡a los 20 minutos todo se volvió blanco! Por supuesto, aprovechamos la situación para echar una guerra de bolas de nieve.
Ha sido un viaje que no se puede definir en una sola palabra, son demasiadas sensaciones para resumir de forma tan breve. Solo esperamos tener la oportunidad de hacer más viajes como este.
