EL MADRID SE PROCLAMA CAMPEÓN DE LA COPA DE BALONCESTO

El Real Madrid se proclamó el pasado domingo 19 de febrero campeón por cuarta vez consecutiva de la Copa del Rey de baloncesto. Este prestigioso título se celebró en Vitoria durante cuatro días, y contó con la participación de los ocho mejores equipos de la liga ACB. La sede en donde se disputaron todos los partidos fue el estadio del Baskonia, el Fernando Buesa Arena, cuya capacidad es de quince mil espectadores.

El escenario era el idóneo, el ambiente, inmejorable, y en la ciudad solo se respiraba baloncesto. Miles de aficionados de todos los equipos habían viajado hasta allí para presenciar en directo este acontecimiento tan especial. Puede calificarse así porque en esta competición siempre ha habido sorpresas, donde el pez pequeño se ha comido al grande.

El jueves y el viernes se disputaron los cuatro primeros encuentros, de donde saldrían los cuatro respectivos semifinalistas. El primer día se clasificaba Baskonia eliminando a Tenerife en un partido disputado de principio a fin. El otro partido enfrentaba a Madrid y a Andorra. Este choque marcaría un antes y un después en el sentir de varios hinchas de distintos equipos. El duelo fue trepidante y se llegó a la última posesión del partido con tres puntos por delante Andorra; en ese instante, el base de Madrid y MVP del torneo, Sergio Llull cometió una infracción llamada campo atrás, que como su nombre indica, el jugador no puede volver a su campo cuando ya ha pasado al de ataque. Este hecho no hubiera tenido mayor trascendencia, si justo después de cometer dicha violación, diera un pase para dejar a su compañero solo y anotar el triple del empate que forzaba cinco minutos de prórroga. En el tiempo extra el Madrid pasó por encima de su rival y pasó a semifinales. A partir de este choque, se entonaría en el pabellón un cántico irónico haciendo alusión a esta jugada. De los dos partidos restantes pasaron Barcelona y Valencia eliminando cada uno a Gran Canaria y Málaga.

La primera semifinal entre Baskonia y Madrid la ganó este último otra vez en la prórroga, en uno de los mejores partidos que se recuerdan de la Copa del Rey. La otra, que enfrentaba a Barcelona y Valencia se la llevó el de la ciudad del Turia, a través de un bloque defensivo muy consolidado, dejando así al entrenador griego del Barça, Giorgios Bartzokas en una situación crítica que puede desencadenar en su destitución, por todos los malos resultados cosechados durante esta temporada.

La final fue también un gran partido, sin un dominador claro del juego, pero con uno muy claro en el marcador: el Real Madrid. El partido fue muy entretenido, tanto, que no se decidió hasta el último segundo. Finalmente el conjunto de la capital se llevó el trofeo por quinta vez en seis años, dato que deja muy claro el nivel mostrado por esta franquicia, capitaneada por uno de los mejores entrenadores de Europa, Pablo Laso.

Hay que resaltar que la atmósfera en la que ha estado envuelta Vitoria estos días ha sido fantástica, pues todas las aficiones mezcladas cantaban y se lo pasaban en grande en la calle. Algo que parece muy normal, pero que de lo que algún deporte no puede presumir, sino lamentar, como es el caso del fútbol.