El baile crea sonrisas
El viernes 17 de marzo, la escuela de baile Esther De Alcalá visitó la Residencia De Personas Mayores de Lardero. Grupos de bailarines y bailarinas llevaron a la residencia sus mejores coreografías para animar un poco el lugar. Este acto se lleva realizando desde hace varios años y no sólo en esta residencia, sino que también Esther De Alcalá visitó el año pasado el Centro de Día de Fuenmayor.
Pero, ¿en qué consiste este acto?
Para responder a esto, estuvimos hablando con una de las bailarinas.
Ella nos contó que semanas antes de ir, escogían sus mejores coreografías y las ensayaban durante días para que todo saliera perfecto. Los bailarines, de diversas edades, lo dan todo para que nuestros queridos ancianos disfruten de una tarde inolvidable. Para ella es una de las experiencias más bonitas que puede vivir ya que gracias a sus movimientos saca sonrisas a personas que, probablemente, no reciban visitas muy a menudo.
Después de terminar todas las actuaciones, los ancianos, para mostrar su agradecimiento a los bailarines, prepararon una gran merienda y les dieron regalos. Aunque para los chicos sólo con sus aplausos y con ver los sentimientos reflejados en sus caras ya es suficiente recompensa y agradecimiento. La bailarina nos contaba que a la salida un anciano le paró y le preguntó si esto se hacía todos los años ya que le había encantado y le gustaría volver a verlo más veces.
Pero esta escuela de baile no es la única que hace este tipo de actividades, sino que grupos de voluntarios van días y días a hablar con estas personas o simplemente a escucharlas porque todos necesitamos que nos escuchen y muchas veces los ancianos son los que más merecen ser escuchados y de los que más cosas podemos aprender.
¿Por qué no te unes a esta causa y entras en algún voluntariado? ¿Qué es lo que te detiene? ¿Acaso estás tan ocupado que no puedes dedicar ni unas horas para ayudar a los que te rodean?
Como habéis podido comprobar no hay que irse muy lejos para colaborar y participar en voluntariados. No hace falta hacer grandes cosas, no es necesario irse a la otra punta del mundo para ayudar a niños… Lo que hace falta es gente dispuesta a dar un pedacito de sí para ayudar a los que te rodean, ya sea ayudando a un compañero, a un amigo, a un vecino o participando en este tipo de voluntariados.
¿Estás dispuesto?
Zaira Lorenzo y Marta Salinero