Aspace Rioja: La percepción de la dependencia
Sábado, 28 enero 2017
Publicado en: Reportaje
“La gente siempre ve antes la silla de ruedas que la persona”.
Nuestra visita al centro de Aspace Rioja nos ha descubierto una nueva perspectiva, no debemos tratar a los pacientes como si no fueran a escucharnos, les debemos hablar como personas “normales”. Algunos no pueden oírnos, otros no pueden vernos, pero eso no indica que no quieran escucharnos, lo intentan y si se les trata bien y con respeto, les estaríamos haciendo el favor de no sentirse diferentes.
Al principio de la visita, nos atendieron tres personas, una mujer y dos hombres, los hombres eran pacientes del centro. Uno de ellos, Arturo, comentó las abundantes ocasiones en las que se dirigía a la Biblioteca de La Rioja y, en la cual, la bibliotecaria se asustaba al verle y llamaba a otra persona para ayudarle, sin intentar entenderle al menos una vez, así que Arturo se sentía algo como lo que en la sociedad llaman: “discapacitado”.
Poco después del fabuloso recibimiento, nos llevaron a una sala donde los pacientes pintaban, cerraban cajas y muchas más actividades que, además de servirles como mejora de habilidades de coordinación, les servían como fuente de ingresos. Ingresos que suelen utilizar para ir al cine o incluso entrar a un bar a tomar algo.
Mientras nuestros compañeros del colegio y nosotros nos encontrábamos en la sala de trabajo, tuvimos la ocasión de entrevistar a Carmen, una trabajadora del centro que me impresionó con su particular forma de hablar. Le pregunté cómo se sentía día a día trabajando en un lugar dedicado a tratar y mejorar al máximo la vida de los pacientes. A lo que ella respondió:
“Las principales causas de trabajar aquí son sencillas, es una verdadera liberación ver a estas personas siendo tratadas, cuidadas y, por supuesto, respetadas. Además, no se trata solo de respetarlos, sino también de darles voz propia. Algo demasiado importante para echar en falta.”