DETRÁS DE LOS PROFESORES
Domingo, 02 abril 2017
Publicado en: Nuestro cole
Hoy en día, las cosas no son lo que parecen. Hoy os vamos a hablar de la soledad. Pero os lo vamos a contar en forma de historia.
Primer día de clase, muchos alumnos, enormes ilusiones de empezar un nuevo día, un nuevo año; de hacer nuevos amigos, bueno, en fin, ilusiones. Esta era una persona que empezaba una nueva vida, cambio de casa, de ambiente, de colegio, de amigos, de profesores… Se encontraba en un estado de felicidad aunque a la vez en un estado de melancolía.
El primer día, todo el mundo quería conocer a nuevas personas, los nuevos y los antiguos alumnos; toda la gente fue muy amable con esa persona y le encantó el primer día, el segundo, incluso el tercero. Pero a medida que pasaba el tiempo, cada individuo encontraba su lugar y a pesar de que conocía de antes a algunos chicos y les resultaron agradable, no encontró su sitio y para caer mejor a la gente cambió de personalidad. Se pegaba a todo el mundo y no dejaba espacio y sin darse cuenta, molestaba. A algunas personas les parecía insoportable, otras pasaban de ella y a unas pocas les daba pena porque entendían que se había cambiado de colegio y le costaba adaptarse porque casi nadie quería ir con ella. Esta persona seguía al compañero que era majo con ella y resultaba una incomodidad porque la persona a la que seguía se quedaba un poco apartada de las demás pues nadie quería ir con ella. Al final cuando había un problema y se quería solucionar ella siempre estaba ahí y la echaban porque no querían que lo supiese, pero esas personas luego se sentían mal y le pedían perdón, esta niña hoy en día ya tiene amigas y ya a casi nadie le molesta. No fue por el cambio de personalidad, sino por el sentimiento de culpabilidad, el tiempo, y además ya no se pegaba a la gente porque se sentía acogida.
Esta historia no os la hemos contado para contaros su vida, sino que os la hemos relatado para que descubráis que la espera da sus frutos, y que aunque lo paséis mal, luego saldrá todo muy bien, pero solo si tenéis paciencia y sabéis esperar.