RIOJANOS POR MANCHESTER

Buenos días a todos,

hoy le dedicamos nuestro espacio a  María Saez Martínez, una Riojana que tuvo que abandonar su ciudad natal por la crisis para poder trabajar de lo que ella había estudiado en Manchester. Ella es un reflejo más de la situación que están viviendo muchos jóvenes riojanos y, por ello, hoy le dedicamos nuestra sección de entrevistas a ella y a su historia.

 

¿Qué es lo que más echas de menos de La Rioja?
Todo. La gente, mi gente, la luz, el color y el olor de La Sierra de Cameros. El buen comer, el poder tomarme una caña en una terraza o un pincho en la Laurel. Los paseos a la Grajera y el tener siempre tan a mano el silencio… En verdad todo aquello que no se puede tener en una gran ciudad como Manchester y su clima.
¿Cuál es la comida que más echas de menos en Manchester?
Las pochas de mi abuelo y los pinchos de la Laurel, sin duda, por ello, cada vez que voy a casa intento pasarme por la Laurel. En Manchester la comunidad de españoles es numerosísima y siempre intentamos, dentro de nuestras posibilidades, tener presente una buena tortilla de patatas o una paella.
También he de reconocer que el vivir en Inglaterra me ha hecho aficionarme a otro tipo de gastronomía como la asiática. Al menos un 12% de la población en Manchester es de origen asiático y puedes encontrar cantidad de restaurantes y productos  hindúes o pakistaníes en cada rincón. Yo yaa soy toda una experta en la gastronomía hindú y será algo que también echaré de menos cuando me vaya.

 

¿Cómo reaccionó tu familia con la noticia?
Pues la verdad que fue todo un poco repentino y no les di mucho tiempo a reaccionar. Como muchísima gente tuve que marcharme debido a la crisis y no fue algo que me pensara muy detenidamente. Sin embargo, mi idea inicial siempre fue el irme por unos meses. Cuando llegué aquí, me enamoré de la ciudad, de su gente y de las enormes oportunidades laborales que este país brindaba. Creo que para mi familia no ha sido fácil, pero tampoco lo es para los que nos marchamos.
Ahora, después de más de cinco años en Manchester, creo que todos nos hemos acostumbrado a convivir con la distancia, aunque nunca se acostumbra uno del todo y hemos aprendido mucho de esta nueva situación.
¿La gente conoce mucho La Rioja?
Desde hace unos años, en Inglaterra está creciendo mucho el mercado del vino y es por eso por lo que se conoce La Rioja. Debido a este interés por el vino, se está empezando a elegir como destino turístico el norte de España. Cuando un Mancuniano te pregunta de dónde eres, tu respuesta ha de ser “de La Rioja, del lugar del vino”. Con cualquier otra respuesta podrás ver en sus caras que no tienen ni idea de lo que estás hablando.

 

 

¿Qué es lo que peor llevas de la cultura inglesa?
La verdad que como cultura somos muy diferentes, quizás más de lo que yo me esperaba, pero desde el principio me he adaptado muy bien. Creo que eso es imprescindible si quieres vivir en otro país, respetar su cultura, sus normas y aceptarlas.
Las relaciones interculturales son muy interesantes, enriquecedoras y normalmente se producen muchas situaciones divertidas, pero no siempre son fáciles. Los malentendidos y la falta de comprensión también se producen. Un ejemplo de esto sería:
Si tu vas a un bar y pides una coca-cola, en Logroño tú dices “¿me pones una coca-cola, por favor?” en Inglaterra no se te ocurra pedir así si no quieres ser visto como alguien muy maleducado. Ellos dirían “Can I have/get a coke, please? – “¿Puedo tener/conseguir una coca-cola, por favor?”. Para nosotros una pequeña diferencia en el lenguaje, pero una norma básica de educación para ellos.
¿Son muy conocidos los vinos de La Rioja en Manchester?
En Manchester hay una variedad impresionante de vinos. En sus cartas cuentan con vinos de California, Sudáfrica, Chile, Francia, Italia, Turquía, etc., pero en casi todos los restaurantes puedes encontrar un Rioja entre tan pintoresca selección.

 

 

¿Qué es lo que echas tú de menos del afecto riojano?
Aunque aquí me he encontrado con gente muy hospitalaria y amable siempre se echa de menos tus raíces, tu gente. No es una sola cosa en especial, son todos esos pequeños detalles del día a día, el entendimiento que se tiene con la gente con quien te has criado. Echo mucho de menos el carácter rural, las tradiciones de mi tierra y por supuesto a mi familia. Siempre que voy a La Rioja, amigos y familia me reciben como si no hubiese pasado el tiempo. Aunque no soy muy fan de los estereotipos, es verdad que los riojanos hacen sentir al extranjero como si estuviese en su casa, son nobles y amables. Y a esas gentes se les echa en falta siempre.

 

 

¿Es duro tener una carrera y tener que vivir fuera de tu ciudad para conseguir trabajo?
Al principio sí que fue algo que me costó mucho encajar. No es fácil haber invertido tanto esfuerzo, tiempo y dinero durante años en un proyecto que cuando consigues no es para nada lo que habías imaginado. Sin embargo, con el tiempo he aprendido que gracias a esa situación se me ha brindado otra oportunidad. He tenido la fortuna de crecer personal y profesionalmente en un país diferente, con mis propios medios, con mis buenas o malas decisiones, de viajar, de conocer otra gente, otras culturas y eso me ha dado una riqueza mayor que cualquier trabajo.

 

 

¿Llevas mal el no haber estado para despedirte de tus abuelos y el no haber visto crecer y envejecer a tu familia?

Desde que decidí con 18 años que quería dedicarme a la Psicología, tuve que asumir el esfuerzo que implica tener que marcharme a otra ciudad para cursas mis estudios puesto que en mi propia ciudad no tenía esa oportunidad.
Una vez acabada la carrera y debido a que actualmente una licenciatura tiene poco valor por sí sola, tuve que continuar formándome en otra ciudad para conseguir un Máster, que una vez más no tenía la oportunidad de cursarlo en mi ciudad de origen.
Y ya cuando tenía la formación que quería y un trabajo que me apasionaba, lo perdí debido a la crisis y me vi casi obligada a marcharme a otro país para poder desarrollarme profesionalmente.
Está claro que todo esto supone muchos esfuerzos y quizás el más grande es el que me preguntas. Vengo de una familia que está muy unida y siempre ha sido difícil encontrar el balance entre mis ganas de vivir mi propia aventura personal y profesional y quizás mi obligación como hija, hermana, madrina, ahijada, nieta… Esto hace que muchas veces te cuestiones que es lo que deberías hacer y ya todo lo que haces tiene un sabor agridulce. Por eso, siempre he intentado estar presente en los momentos importantes, dejando a un lado todo para coger el primer vuelo y estar con mi familia.

 

 

¿Cómo valorarías tu experiencia? ¿La recomendarías?

Formo parte de ese numeroso grupo de jóvenes que llaman “milennials” que movidos o forzados por la crisis en España o en algunos casos un cierto deseo de aventura, decidieron probar suerte en el extranjero.
Viajar sin duda enriquece, abre la mente, fortalece las habilidades sociales, te libera de posesiones materiales, te enseña a priorizar, te ayuda a ser más organizado y un mejor planificador. Pero he de reconocer también que todo esto está algo mitificado.
Pese a todas esas maravillosas fotos que ponemos en Facebook o Instragram, que nadie se engañe, vivir en el extranjero está lejos de ser un camino de rosas. Creo que nosotros mismos hemos creado una falsa imagen del  joven emigrante como alguien al que todo le ha salido muy bien, es un triunfador, con una vida muy interesante y con pocas preocupaciones. Al menos este no es mi caso.
Sin duda existen los problemas, los malos momentos y los fracasos. El camino no es fácil y conlleva grandes esfuerzos. Comprarte una SIM inglesa, inscribirte en la Seguridad Social, solucionar problemas de salud, manejar cuestiones bancarias, buscar piso, intentar encontrar un mejor empleo, gestionar el pago de tasas, inscribirte en la embajada etc. Todo esto no es fácil ni siquiera en tu propio idioma.
Sin embargo, mi respuesta sería SÍ POR SUPUESTO que lo recomiendo.

 

Bueno, hasta aquí llega la entrevista, muchas gracias por tu tiempo. Nos ha encantado compartir este pequeño momento en el que me has transmitido tu realidad en unas pocas palabras, pero muy sinceras y a la vez desgarradoras.

Te deseamos mucha suerte en el camino, a ver si terminas en La Rioja.

Muchas gracias y un placer.