¿Quién fue San Valentín y por qué lo asociamos con el amor?
Martes, 14 febrero 2017
Publicado en: Culturilla general...
Después de que el papa Gelasio I designara el 14 de febrero de 494 el primer día oficial de San Valentín, la festividad fue incluida en el calendario litúrgico tradicional y fue celebrada por la Iglesia católica durante la quincena de siglos que se avecinaba. Pero en 1969, bajo el pontificado de Pablo IV y después del Concilio Vaticano II, fue eliminado del calendario.
Así pasó a ser una fecha con santo pero sin celebración.
La Iglesia católica no lo considera ya una fiesta. Sin embargo, son muchos los enamorados que marcan esta fecha en sus calendarios, hacen planes y festejan su amor. El acontecimiento echó sus raíces en el siglo XX, cuando la Revolución Industrial lo convirtió en un gran negocio gracias a la producción en cadena de las conocidas (y no tan aclamadas) tarjetas de San Valentín. (Sean o no sean un tópico en mayúsculas, los estadounidenses gastan más de 18.900 millones de dólares en ellas cada año, según datos de Federación Nacional de Comercio de EE.UU).
Así, la festividad se ha convertido en una celebración consumista y un negocio global pero, ¿qué fue San Valentín en otra vida?
¿Cuáles son los orígenes de la tradición de San Valentín? ¿Te lo has preguntado alguna vez? Muchos historiadores lo han hecho también, pero no han conseguido dar con una respuesta clara. La historia del Día de San Valentín es una historia incierta plagada de misterios y contradicciones, confundida a menudo con las diferentes leyendas que intentan darle un origen definitivo. Por ello, vamos a hablar de cada una de ellas en este post dedicado a la Historia de San Valentín.
¿Por qué se celebra?
En los antiguos martirologios, tres santos llamados Valentín figuran muertos el 14 de febrero. El primero y menos popular de ellos fue martirizado en África. Los dos restantes eran sacerdotes; uno en Roma y otro en Terni, ¡hay incluso quien cree que son la misma persona!
La Leyenda de San Valentín
Como Leyenda Dorada o, en latín, Legenda aurea, se conoce a una compilación de relatos hagiográficos reunida por el dominico Santiago de la Vorágine. En ella, se hace mención de San Valentín, un sacerdote romano ejecutado por profesar la fe cristiana. Según el relato, la noche antes de su ejecución, Valentín restableció la vista a la hija ciega del carcelero.
Desafortunadamente, con la cómoda idea de legitimar el Día de San Valentín como fecha especial para los amantes (y sus fines comerciales) han surgido diferentes versiones de esta leyenda, como un amorío entre Valentín y la hija del carcelero (acompañado de la primera ‘tarjeta de San Valentín’) o matrimonios clandestinos oficiados por el sacerdote a causa de las prohibiciones del Emperador Claudio II, entre las que se encontraba el casamiento entre jóvenes.
Versión cristiana del Día de San Valentín
Una teoría, popularmente aceptada, dice que el papa Gelasio I vinculó el día de Día de San Valentín con el romance en un intento de cristianizar las fiestas paganas de la fertilidad.
Las fiestas estaban íntimamente relacionadas con las Lupercalia, festividad del antiguo imperio romano en la que se veneraba a Lupercus, dios pastoral de los italianos. ¿Qué hecho provocó que la Iglesia quisiese intervenir en esta festividad?
La leyenda dice que Rómulo y Remo, amamantados por la loba Luperca tras ser abandonados en el Monte Platino por su tío, fueron los fundadores de Roma, sede actual de la Iglesia Católica. Es por ello que en Roma se celebraba el 14 de febrero en honor a la loba que había amamantado, criado y salvado a sus fundadores. En estas fiestas paganas se llegaba incluso a azotar a las mujeres con la creencia de que así estas serían más fértiles.
El claro desenfreno de hombres y mujeres obligó a la Iglesia a eliminar estas fiestas, agregando al 14 de febrero la celebración del día de San Valentín, un sacerdote martirizado por el emperador romano, Claudio el cruel, en el año 270 dc.
La primera alusión a San Valentín
Lo cierto es que probablemente, la tradición de San Valentín, tal y como la conocemos hoy en día, empezó a moldearse a sí misma a comienzos de la Edad Media. Así, tomando la leyenda del sacerdote Valentín que casaba parejas de jóvenes enamorados, comienza en gran parte de Europa la celebración, cada 14 de Febrero, de un día dedicado al amor.
Desde este modo, en la fecha señalada, se celebraban intercambios amorosos entre personas que en realidad no eran pareja, o no les unía ningún vínculo amoroso. Fue el surgimiento de las tarjetas de San Valentín acompañadas de cajitas con caramelos de chocolate (se creía que estos estimulaban las pasiones sexuales).
Pronto la celebración se extendió rápidamente, no sólo entre las clases altas de la sociedad, sino también entre las clases bajas y pobres. Realmente, esta festividad ofrecía la oportunidad de obrar con total libertad durante el día, realizando todo tipo de fantasías sexuales con la persona admirada, sin ofender por ello la moralidad social de la época.
San Valentín en la actualidad
Lamentablemente, en estos casos donde la historia no ha dejado evidencias concretas, tan solo se puede conjeturar. La industria tiene una versión, la iglesia tiene la suya (la misma Leyenda Dorada era más un panfleto religioso que un documento histórico), y lo peor del caso es que supuestas fuentes “serias”, las adoptan y difunden sin reparo.
Nuestro modo de concebir el amor ha cambiado. Con respecto al concepto de “amantes”, efectivamente, tiene una connotación diferente que hace unas décadas. Y yendo más lejos, podemos afirmar que hace unas décadas era también muy diferente que en las épocas de Chaucer, en pleno auge del amor cortés, donde una dama y un caballero podían mantener una relación puramente platónica y aún así llamarse “amantes”. El mundo circundante culmina en una adaptación de la mentalidad social, y ello conlleva un cambio de costumbres. San Valentín muestra aspectos puramente comerciales y consumistas, pero no deja de ser una fecha especial para muchos. Aunque sean los enamorados los que principalmente celebran este día, sin embargo hoy en día se festeja también a todos aquellos que comparten la amistad, ya sea maestros, parientes, compañeros de trabajo y todo el que siente, tenga la edad que tenga, el olor del amor que, como flor de primavera, nunca debe perder su agradable perfume. ¡Feliz día de los enamorados y de la amistad!
Hasta entonces…nos leemos y, por si no nos volvemos a ver: ¡Buenos días, buenas tardes y buenas noches!
Irene Llanos Velasco.