La radio es la vida que suena

‘’La radio es la vida que suena. Cuando suena a muerte, retumba’’

-Pedro Blanco en el Hora 25 dedicado al accidente ferroviario en Santiago.

La radio nos despertaba con A la lima y al limón, Soy minero o El emigrante, y nos acostaba con Radio Andorra, la emisora de los valles de los Pirineos. Hoy la radio sigue viva, y vuela por el cielo como los pájaros. El 13 de febrero se celebró su Día Mundial, ha cumplido 121 desde que la sacó Marconi del vientre del tiempo y montó la primera estación de radio en la Isla de Wight o desde la Noche Buena de 1906 cuando los buques de mar se dejaron mecer por la primera radiofusión de audio de la historia.

Antes de levantarte ya sabes si llueve, la hora de Canarias y cuál es el nuevo escándalo. Frente a los que dicen que las tertulias las inventaron en la Transición, recordemos que la primera tertulia de las ondas fue la de La Pandilla, formada por Ramón Gómez de la Serna, López Rubio y Jardiel Poncela.

En los años 90 llegó su esplendor y en el siglo XXI fue desafiada por la tele. Indudablemente, en esa batalla la radio no fue exterminada. La radio está tan viva y radiante como en los mejores tiempos de la copla y las peticiones de los oyentes. Aguanta a base de libertad y talento.

Ahora, coge tus auriculares, apaga la luz, recuéstate en tu sofá, ponte cómodo y escucha a Cristina Hermoso de Mendoza, periodista logroñesa que dirige y presenta ‘La estación azul de los niños’, dedicado a los lectores juveniles e infantiles, y hermano de ‘La estación azul’ de Ignacio Elgueró. Ambos programas han sido galardonados por la por la Federación de Gremios de Editores de España con los XI Premios al Fomento de la Lectura.

Hasta entonces…nos leemos y, por si no nos volvemos a ver: ¡Buenos días, buenas tardes y buenas noches!

Irene Llanos, Daniel Ruales y Álvaro Tomé.