Experimento social: La belleza que atrae

El pasado 15 de febrero llegaba a Madrid la primera exposición dedicada a Barbie en España, Barbie, más allá de la muñeca, repasa sus 56 años de historia a través de 438 piezas de colección, que ponen de manifiesto que esta muñeca no es sólo un juguete, sino un icono. Desde astronauta a médico, ha tenido más de 150 profesiones, porque Barbie quiere servir de ejemplo a las niñas y lanzar el mensaje: ‘’El límite eres tú misma’’.

Mientras tanto, siguen siendo muchos los que, a pesar de las dos mil tiendas que Zara tiene en todo el mundo, nunca encuentran nada que les valga. ¿Por qué? Porque raramente hay tallas más allá de la 44. Y Zara no es un reglón torcido o la pobre excepción, sino una de las decenas de tiendas que visten maniquíes esqueléticos con sus ropas.

Y ahora yo me pregunto: ¿Qué es la belleza?

Platón escribía en el Banquete, quizás una de sus obras más conocidas, que si <<hay algo por lo que vale la pena vivir, es por contemplar la belleza>>.  Sentencia con la que probablemente muchas personas, en la actualidad, estén de acuerdo. Belleza, sí, ¿pero qué belleza? El concepto al que se refiere Platón no es el mismo del que podemos hablar nosotros. Es una realidad compleja que se debate entre lo objetivo y lo subjetivo, lo tangible y lo abstracto, lo común y lo excelso.

Concebimos lo bello, un objeto, una persona o, incluso, lo etéreo, como aquello que tiene que ver con las formas, los colores, la melodía, la sensación que suscita. Nuestra percepción de belleza se decanta por la que sostenían los sofistas, cuando aseguraban que algo bello es lo que da placer a la vista y al tacto.

Existen catedrales majestuosas, vasijas hermosas, mujeres y hombres bellos, pero solamente en un sentido puramente estético para Platón. La belleza como tal, en su máximo esplendor, desbordaría este pequeño recipiente para abarcarlo todo. Y en ese todo, lo más hermoso es la sabiduría.

¡Un término mutante en el tiempo! Incluso variando de una cultura a otra para un mismo período. Yo os he nombrado una milésima parte del punto de vista filosófico, pero son muchas las aristas que contiene: la histórica, la sociológica, la de la psicología social, etc. No todos somos un Platón (¡más quisiéramos!), pero gracias al pequeño experimento social que aquí os dejo he podido comprobar que todos contemplamos la belleza como una esfera envuelta en una atmósfera de relatividad.

Anoto mentalmente la respuesta de uno de los participantes: ”La belleza es un reflejo de lo que nos gusta”. Tal y como decían los antiguos filósofos, un reflejo de la luz, un reflejo de aquello que alumbra. ¡La belleza es tan sencilla como brillar por luz propia!

Hasta entonces…nos leemos y, por si no nos volvemos a ver: ¡Buenos días, buenas tardes y buenas noches!

Irene Llanos y Álvaro Tomé