"No sabes cómo es la persona a la que tienes que detener o dar un toque, pero para eso estamos preparados"

ENTREVISTA A FRANCISCO RAMÍREZ, POLICÍA LOCAL DE LOGROÑO.

1. ¿Por qué te convertiste en agente de policía?
Porque era la ilusión que tenía desde niño. Siempre que veía a un policía pensaba en que yo lo sería algún día.

2. ¿Cuántos años llevas ejerciendo esa profesión?
Veinte años.

3. ¿Qué preparación se necesita para convertirse en policía?
Tienes que aprobar una oposición muy complicada que consta de varias pruebas médicas, físicas, psicológicas y preparar un temario de 60 temas.

4. ¿Qué habilidades se necesitan para ese empleo?
Aplicar sobretodo el sentido común.

5. ¿Qué ocupación realiza actualmente?
Seguridad.

6. ¿Es duro trabajar de noche?
Si, mucho.

7. ¿Se ha encontrado con peligros en la noche?
Es una profesión muy completa, te toca ver muchas cosas desagradables. En la noche aparte de los peligros que conlleva la gente que no controla por alcohol o drogas, también nos toca hacer de psicólogos, intentar hablar con ellos y ayudarles en lo que podemos.

8. ¿Qué es lo más difícil o duro que ha podido ver?
La muerte de niños, se te queda grabado de por vida y sobre todo si tienes hijos.

9. ¿Qué otros trabajos ha realizado en esta profesión?
Policía de barrio, seguridad ciudadana, motorista y servicio de paisano.
10. ¿Este trabajo ha afectado alguna vez a su vida personal?
Si, muchas veces, puesto que yo soy de los que le da muchas vueltas a la cabeza y me llevo los problemas a casa.

11. ¿Qué es lo mejor de su trabajo?
Sentirte útil para ayudar a los ciudadanos.

12. ¿Cambiaría algo?
Muchas cosas, pero sobre todo que no estuviésemos tan politizados.

13. ¿Cómo es un día normal de trabajo?
Este es un trabajo en el que no sabes lo que te vas a encontrar, por eso me gusta tanto. Actualmente estoy en el depósito coches, debido a unos problemas en mis rodillas. Hace un tiempo trabajaba en la noche vigilando la seguridad de los ciudadanos.

14. ¿Ha sentido alguna vez miedo en su trabajo?
Muchas veces, puesto que no sabes cómo es la persona a la que tienes que detener o dar un toque, pero para eso estamos preparados.