Retrocedemos a una industria del siglo XVIII
Domingo, 24 enero 2016
Publicado en: Actualidad
La industria en La Rioja está cayendo en picado. Todo empezó con la industria textil de la cual ya apenas queda nada y ha dejado a millones de personas sin trabajo. Prosiguió por la metalúrgica y actualmente se va a cerrar una de las mayores fábricas que da trabajo directo a 600 familias. La industria no está avanzando, y ese es un paso que debemos afrontar. El cierre de fábricas lo único que ocasiona es que el consumo baje, las familias necesitan vivir y sin dinero todo es más complicado, los pequeños negocios de barrio se ven mucho más afectados y esto conlleva su cierre. Así, cada vez más y más se van sumando familias desempleadas que sobreviven con el poco dinero que tienen.
¿Cómo van a avanzar así nuestras fronteras en todos los ámbitos? La industria del siglo XVIII exportaba la materia prima y compraba los productos ya elaborados, ¿acaso no podían ellos realizarlos y así ahorrar dinero? Estas consecuencias acabaron con todo el dinero que poseía la corona y solo hacían pagar más impuestos a aquellos que no tenían para vivir. Actualmente se está cometiendo el mismo y grave error, estamos llevando al extranjero fábricas que dan trabajo a miles de riojanos tan solo porque allí obtendrán aún más beneficio. Esto al cabo del tiempo tendrá las mismas consecuencias que siglos atrás, pedirán más dinero a las familias que luchan por comer mientras las multinacionales se quedan con todo el mercado y aumentan su fortuna.
El caso de Altadis dejará a 600 familias sin empleo, y aun se preguntan el porqué. El día 26 tendrán una reunión que será el inicio de la negociación, aunque ni tan siquiera han convocado a la comisión negociadora. En esta se supone que les entregaran la documentación esclarecedora de por qué se ha tomado esta decisión tan precipitada sin demostrar razones técnicas, capitalistas y económicas. La gente se ha volcado con los afectados y ayer día 23 de enero se realizó una concentración en el Espolón a la cual pudimos acudir y en la que vimos a personas indignadas que intentaban por todos los medios que la fábrica que les da de comer no cerrase. Pudimos hablar con algunos de los afectados que nos pedían firmas en colaboración y que nos contaban cómo sería su vida sin los ingresos que les proporcionaba dicha fabrica. Esperamos que no se produzca el cierre de Tabacalera con más de 126 años de historia y que ninguna otra fábrica riojana se vaya al extranjero.